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O l i v i a


- Buenas -Nacho entró al departamento, me saludo con un beso en la mejilla. Cerré la puerta detrás de él y volví a sentarme a tomar mates.

- ¿Como andas? -pregunté, le pasé un mate.

- Bien, ¿Vos? -sonrió, tomó el mate y me lo volvió a pasar.

- Bien, todo tranquilo -encogi mis hombros, Benja salió de la habitación y corrió hasta donde estaba su tío.

- Hola tío -lo abrazó, Nacho le devolvió el abrazo.

- Che me lo llevó conmigo, ¿Lo dejas? -mi hermano me miro, Benja enseguida empezó haciendo puchero mirándome para que lo deje ir.

- ¿A donde van? -pregunté.

- Nose, al parque después a comer, si se quiere quedar a dormir en casa lo dejo -comentó, mire a Benja y el asentia, junto sus manos en señal de por favor.

- Bueno, pero lo cuidas y cualquier cosa me llamas -Nacho asintió sonriendo, Benja vino y me abrazó- Te portas bien, llévate una campera por si refresca después

- Si mamá si -salió corriendo a su habitación.

- Mañana te lo traigo, vos ponete linda -susurro Nacho.

- ¿Por? -reí mirándolo.

- Mhm sorpresas -encogió sus hombros.

- Listo mamá -Benja llevaba su mochila.

- Vamos campeón, suerte -dejó un beso en mi frente.

- Te portas bien, te amo -salude a mi hijo, lo abrace y luego ambos salieron del departamento. No entendí a que se refería Nacho.

Termine de tomar mates, guardé las cosas en su lugar. Guarde los platos que ya estaban secos. Mi teléfono sonó, fui a buscarlo estaba sobre la mesa, era un audio de Ivo.

- Hola hermosa, tipo ocho te paso a buscar, abrigate porque hace frío. Te amo -escuche su voz en el audio y fue imposible no sonreír, era tan hermoso.

- Bueno bebé, acá te espero -le mandé el audio, dejé el celular nuevamente sobre la mesa, fui a mi habitación para buscar ropa. Eran apenas las siete de la tarde, tengo tiempo.

Me di una ducha rápida, seque mi pelo pero aún así dejé una toalla envolviendolo para que se separa mejor. Me vesti, algo sencillo nomás jean negro, un top y sandalias altas, así quedaba a la misma altura que Ivo.

Me peine, usé un poco de maquillaje, solo lo necesario. Me puse perfume y por último busqué una campera, no quería pasar frío. El timbre sonó, camine hasta la puerta, abrí y era él.

- ¿Lista? -sonrió, se acercó y besó mis labios.

- Si amor -busque mi abrigo, mi cartera. Salimos del edificio, asegure la puerta con llave detrás de mi.

Nos subimos a su auto, él dejaba su mano libre sobre mi pierna. Estaba reproduciéndose una de sus canciones, él cantaba de apoco, me miraba y sonreía.

Estacionó el auto, bajó, abri mi puerta y enseguida el me ayudó a salir del auto. Agarre su mano y me acerque a besar sus labios.

- No era necesario que hagas eso -sonreí, el dejó sus manos en mi cintura.

- Si lo es -besó mis labios y luego dejó un beso en mi frente.

Agarró mi mano, entrelazando nuestros dedos, entramos juntos al restaurant. Él pidió la mesa que al parecer ya estaba reservada, el mozo nos acompaño hasta el fondo donde está a nuestro lugar.

El lugar estaba muy bonito, solo estábamos nosotros dos, eso lo hacía más íntimo, más nuestro. Era mejor estar así, creo que se disfruta mejor el momento. El mozo nos sirvió vino en ambas copas, Ivo miraba el menú.

- ¿Que vas a pedir? -me preguntó, encogi mis hombros y negué.

- No lo se -él me sonrió y volvió a ver el listado de comida.

- Tengo ganas de comer lasaña y también tengo ganas de comerte a vos -sonrió, el mozo también sonrió al escucharlo- ¿te parece bien? -asenti.

- Si, está bien -susurre.

- Bueno entonces traeme lasaña para los dos con salsa blanca -el mozo asintió mientras anotaba en una agenda y luego se fué- Después te como a vos -susurró.

- Tonto -sonreí.

- Quiero que seas mi novia -dejó su mano sobre la mesa, acerqué la mía y entrelace nuestros dedos.

- Lo soy -asentí.

- Novia comprometida -sacó una cajita de su bolsillo y la dejó sobre la mesa, era de terciopelo color rojo- Es solo como, un símbolo para nosotros dos, no creas que te estoy casando porque osea su no queres, yo no te voy a obligar aunque si me gustaría casarme con vos algún día... -habló todo de corrido y rápido.

- Amor para estás tirando free -reí, abrí la cajita, tenía dos anillos en color dorado.

- No quiero que te sientas presionada -susurró.

- No me siento presionada amor, me gusta que tengamos este símbolo de unión, vos sabes que quiero todo con vos -acaricie su mano sobre la mesa, saqué el anillo y lo puse en su dedo anular. El copió mi acción, sacó el anillo y lo puso en mi dedo.

Se acercó a mi, nos dimos un beso lindo. De esos que te transmiten paz, seguridad y mucho amor. Acaricie su mejilla, sonreímos los dos al separarnos, seguíamos con nuestras manos juntas sobre la mesa.

El mesero trajo la comida, comimos entre charlas de distintos temas, pero siempre terminabamos hablando de Benjamín. El gordo se había vuelto en centro de charla en la noche.

Al terminar de comer, Ivo pidió postre. El comió Tiramisu, yo preferí helado, nunca podía resistir a comer helado de dulce de leche.

Luego de que comimos y pagamos la cuenta, salimos del restaurante. Nos subimos al auto y volvimos al departamento, Benja se quedaba a dormir con su tío, asique tenía la noche libre con Ivo.

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вєиʝαмιи •кнєα• Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora