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O l i v i a

– Mamá –sentí un peso al otro lado de la cama, lo miré y me acerque a abrazarlo– Mamá no llores –susurró, pase mi mano por su pelo haciéndole mimos.

– Yo te amo hijo –susurre, lo mire, el asintió y pasó su mano por mi mejilla secando mis lágrimas.

– Yo te amo a vos mamá, súper montones –sonrió.

– ¿A vos te molestó la foto que subió Ivo ayer? –pregunté, el negó rápido.

– No mamá, a mi me encantan que estén juntos –sonrió amplio– Ivo es súper bueno, y él nunca te deja sola, eso es lindo mamá

– Vos sabes que él no es tú papá, ¿verdad? –teníamos nuestras manos juntas.

– No mamá, mi papá es Valen, Ivo es novio tuyo nomás –lo abracé y lo acerque a mi pecho, rodee su cuerpecito pequeño con mis brazos.

– Nadie nos va a separar nunca –hablé en voz baja y dejé un beso en su frente.

– Nunca mamá –sonrió y dejó un beso en mi mejilla.

Nos quedamos así un rato, tirados en la cama mirando dibujitos. Eran las once de la mañana, día domingo. No tenía ni ganas de despegar mi culo de las sábanas. Benja se acostó a mi lado, lo abracé y nos volvimos a dormir.

Me desperté por el sonido del timbre, me levante, Benja aún dormía. Abrí la puerta y sonreí al ver a mi mamá, me acerque a abrazarla.

– Mamá hace tiempo que no nos vemos –sonreí. Cerré la puerta detrás nuestro y fuimos a la cocina.

– ¿Como estás hija? –preguntó.

– Un poco embolada pero bien mamá, ¿vos?  –puse agua a calentar para el mate.

– Bien, acá ando –encogió sus hombros– ¿Benja? 

– Ahora duerme, después lo voy a levantar para que coma –apronte el mate y me senté para cebarlo.

– ¿Estás con Valen? –sonrió.

– No ma, nunca llegamos a nada, volví con Ivo –sonreí y le mostré el anillo en mi dedo.

– ¿Se casaron? –sonrió mirándome.

– No, es más como un símbolo de unión entre nosotros, nose es lindo –le pase el mate.

– ¿Abuela? –Benja se acercó a ella y la abrazo, hace un tiempo que no nos veíamos.

– Estas más crecido –habló mamá mientras abrazaba a mi hijo.

– Y si hace rato que no nos vemos abuela –agregó Benja.

– ¿Queres tomar chocolatada hijo? –le pasé el mate a mi mamá.

– Si mamá –Benja buscó su taza y galletitas. Le prepare la chocolatada y se sentó junto a nosotras a merendar.

La tarde pasó rápido, mamá me ayudó a cocinar, luego jugaba con Benja. Hacía mucho tiempo que no la veía, y es que desde que se había puesto de novia ya casi ni nos veíamos.

– Hija, me voy –habló mi mamá, la miré e hice puchero con mis labios.

– Quédate otro ratito –susurre, me levante y la abracé.

– Debo irme hija –correspondió mi abrazo y dejó un beso en mi frente– Te amo, y estoy orgullosa de lo que sos, te convertiste en una gran  mamá, Oli –susurró.

– Mamá eso sonó a despedida –sonreí, ella acarició mi mejilla.

– Vos y tu hermano fueron lo mejor que me pasó en la vida, espero haber sido buena mamá para ustedes, quiero que sigan creciendo y luchando por todo lo que se propongan –mis ojos se llenaron de lágrimas, ellas beso mi mejilla– Chau Benja, te amo gracias por enseñarme a ser abuela –dejó un beso en la frente de mi hijo y luego lo abrazo.

– Mamá no te vayas, ¿que pasa? –la miré, seque mis lágrimas.

– No pasa nada mi amor, no llores –sonrió– Luego nos vamos a juntar a comer, ¿si?

– Si –sonreí, la abracé por última vez y salió del departamento.

– ¿Mamá porque lloras? –pregunto Benja y vino a abrazarme.

– La abuela estaba rara –susurre. Busque mi celular y marque el número de mi hermano– Nacho, podes venir por favor –al oir un sí rápido de su parte, corté la llamada.

Me quedé con Benja en el balcón del edificio, el aire se sentía frío y me gustaba. Las nubes se formaban en color rosado casi cerca del Sol.

Abri la puerta al escuchar el timbre, Nacho apareció y enseguida lo abracé.

– ¿Que pasó? –pregunto.

– Vino mamá y estaba muy rara –susurre.

– ¿Porque? –saludo a Benja quien lo abrazó.

– Se despidió de mí, me dijo cosas en modo de despedida Nacho, tengo miedo –sentía las ganas de volver a llorar.

– Eu no le va a pasar nada beba, quizás es lo que hace mucho no se ven, ¿si? –me acercó a él y me abrazó.

– No podemos perder a mamá –susurre.

– Nadie la va a perder Oli, va a estar todo bien –agregó– mañana la invitamos a comer y que nos cocine el pastel de papas que nos hacia cuando éramos chicos –sonrió y asenti.

Nacho se quedó otro rato con nosotros, Benja jugaba a la play. Ivo vino al rato y pedimos pizzas ya que nadie tenía ganas de cocinar.  Podía fingir que estaba bien, pero por dentro me seguía preocupando mi mamá. Algo no estaba bien con ella.






вєиʝαмιи •кнєα• Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora