121

1.3K 97 16
                                    

Es un extra❤

— ¿Como que te engaño?—preguntó mi hermano mirándome.

— Si, lo vi —asenti, Ivo le dió el bebé a Neo, se levantó de la mesa y se fue.

— Creo que no merecía que le hicieras esto —comentó Seven mirándome.

— ¿El no merecia? —lo miré— Boludo se acostó con una mina prácticamente al lado de mi habitación, como querés que me ponga, ¿queres que haga de cuenta que nada pasó? —él encogió sus hombros.

— Solo digo que no era el momento, nada más —se levantó de la silla y salió caminando detras de Ivo. Bien, ahora la culpable soy yo.

— Te amo, yo estoy con vos —mi hermano me abrazó y me apoyó contra su pecho.

— Perdonen yo, les arruine todo, no era mi intensión —miré a los chicos y comencé a llorar, Benja vino y me abrazó.

— Vos no tenés que pedir perdón, no fuiste la que fallaste acá —agregó Juli.

— Si, ni te disculpes con nosotros gorda —habló Duki mirándome. Asenti mientras abrazada a Benja.

Terminamos de comer, hicimos de cuenta que nada había pasado, pero por dentro sentía un vacio enorme, ahora tenía que comenzar todo de cero otra vez. Los chicos bailaban en la pista llena de luces, yo solo preferí alejarme, tenía a Enzo en mis brazos, me senté en unos sillones blancos que estaban a un costado del barco. Acomode al bebé en mis brazos para que pudiera descansar cómodamente.

— ¿Como estás? —preguntó Neo sentándose a mi lado.

— Bien, no lo se —hice puchero y luego sonreí.

— ¿Queres dormir en mi habitación? Yo me voy con Amadeo a su habitación y vos dormis con Benja en mi cama —murmuro mirándome.

— No, no creo que Ivo aparezca por la habitación asique, no te hagas drama —agregué.

— Podes contar conmigo para lo que sea, si querés que lo empuje al agua, lo hago "accidentalmente" —hizo comillas con sus dedos.

— No gordo, no es necesario —negué sonriendo.

— Mañana paramos en Uruguay, ya falta poco para llegar —agregó.

— No creo aguantar hasta llegar a Brasil, me bajo en Uruguay y vuelvo —susurre mientras acariciaba la manito de Enzo.

— Sola ni en pedo te vas —negó rápido— si querés irte, me voy con vos

— No, no es necesario, Benja que se quede con el padre, yo puedo con Enzo —asenti mirándola.

— ¿Porque sos taaan terca? —comentó alargando la 'a'

— No puedo creer como todo se vino abajo, me siento insuficiente, triste, tipo, ¿Porque? —sonreí encogiendo mis hombros.

— Vos sos mucho para él, nunca supo lo que quiso, viene siendo tóxico desde el día uno —comentó Neo— Los celos, después cuando se drogo porque no le hablabas, hacía todo por llamar tu atención, creeme que vos no tenés la culpa de nada gorda —pasó su brazo sobre mis hombros, ambos nos quedamos en silencio mirando el mar.

(...)

— ¿Podemos hablar? —preguntó Ivo, estaba sentado en la cama con Enzo en brazos mientras yo juntaba todas mis cosas dentro de la maleta.

— No creo que sea necesario —susurre, junte mis cosas del baño y ordené todo en la maleta.

— No es necesario que te vayas de casa, yo no voy a molestarte —susurró.

— No, no quiero estar ahí —respondí, él me miró.

— Perdón Oli, no era mi intención cagarla así, yo enserio te amo —murmuro.

— Uno no hiere lo que ama Ivo —respondí sonriendo— ¿Tan mala fui con vos? —pregunte mirándolo— ¿Me merecía esto Ivo?

— No, nunca, sos una mina que vale oro —dijo rápido mientras me miraba.

— ¿Entonces? —Él sólo se quedó en silencio. Ya había terminado todo— Yo ya no voy a volver con vos, no esperes que sea la misma boluda de perdonarte otra vez esto, ya pasó hace unos años, no puedo permitirlo de nuevo, vos la cagas siempre y yo te perdono porque te amo, pero no puedo así, necesito ser feliz sin guampas —termine de juntar las cosas y cerré el cierre de la maleta.

— Oli porfavor —susurró mientras comenzaba a llorar.

— Cuando quieras ver a Enzo me hablás y te dejo tu tiempo con él, necesito mi tiempo sola —me saqué la alianza y se la dejé sobre la mesita de luz.

Agarré al bebé, busqué mi bolso y salí de la habitación. Ivo lloraba y no me hacía bien estar ahí, entre a la habitación de Neo, mi hermano estaba ahí ya estaba al día con mis planes. Sebas hizo upa a Enzo, y yo abracé a mi hermano, comencé a llorar mientras él dejaba mimos en mi pelo.

— Quiero lo mejor para vos, por favor llamame cuando llegues —comentó— Cuidala vos, y avísame todo —dijo mirándolo a Neo, el asintió en respuesta.

(...)

El crucero hizo la parada en el puerto de Punta del Éste, Uruguay. Benja, Amadeo, Sebas, Enzo y yo bajamos, buscamos un taxi, el chofer nos ayudó a meter las valijas en el baúl. Sebas le dió una dirección, pero estaba segura que esa no era la del aeropuerto.

— ¿Donde vamos? —pregunte susurrando cerca de su oido.

— Shh ya vas a ver —sonrió mirándome.

El viaje duró unos minutos, admiraba lo lindo que era Uruguay por la ventana del auto, mientras Sebas hablaba animadamente con el chofer del Taxi, llegamos a la dirección antes dicha, una casa que no dejaba ver bien su interior, estaba frente nuestro. Bajamos y el señor nos ayudó a bajar las maletas.

— Muchas gracias —saludamos al chofer, antes de irse se sacó una foto con Sebas.

Tocamos el timbre, una hermosa puerta de madera en color blanco junto a tapiales del mismo color no dejaban ver lo que había detras. La puerta se abrió dejando ver a un hombre de masomenos unos 50 años, sonrió alegremente y nos dió lugar para que entremos.

— Bienvenidos a Uruguay —comentó, volvió a cerrar la puerta una vez que ya habíamos entrado— Les dejaré una copia de laa llaves, y bueno está todo como te dije —comentó mirando a Neo.

— Muchas gracias hermano —comentó Sebas palmeando la espalda del dicho hombre.

— Y te dejé comida, la heladera completita, y si no de última usa pedidos ya que vienen al toque —agregó mientras sonreía.

— De eso no hay dudas —dijo Neo.

— Disfruten su estadia, para los más pequeños hay cama elástica y una copada play 4 que van a disfrutar —sonrió mirando a Benja y Amadeo.

— Obviamente vamos a ir a jugar —rió Amadeo.

El hombre se fue luego de mostrarnos un poco la casa donde nos quedaríamos quince días, o quizás más, por ahora sólo eran quince. Elegimos habitaciones, había cinco, pero solo nos divimos en tres. Neo en una, Amadeo y Benja en otra, y Enzo y yo en otra. Los nenes no tardaron en ir a jugar a la play, mientras Sebas y yo fuimos al patio, lo bueno era que teníamos mate, extrañaba tomar mates.

Comenzabamos el año en un país diferente, con planes diferente, y con personas diferentes. Pero supongo que nunca venía mal un poco de cambios y de buscar lo que verdaderamente me llenaba de amor propio.



_________🖤
Un extra porque no puedo soltar está novela ahre

вєиʝαмιи •кнєα• Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora