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O l i v i a

– Buenos días –saludé al entrar a la Sala donde habitualmente trabajaba.

– Buenos días Oli, ¿como estas? –saludó mi compañera de trabajo, Miranda.

– Todo bien, ¿algo nuevo? –pregunte, revisé las planillas con los nombres de los chicos que me tocaban revisar hoy.

– Si, Marta pidió unos días de licencia asique van a pasar a los chicos que ella tenía a cargo para nosotras –comentó mi compañera.

– ¿Porque se fue? –pregunté.

– Al parecer está embarazada –susurró Miranda– No digas que te conté –me señalo con el dedo y asenti– Lo quiere abortar porque no quiere tener un hijo ahora

– Pobre mina, espero que le salga todo bien –susurre.

– Si, aun no encontraba lugar donde hacerlo –comentó.

– Buenos días chicas –Verónica, nuestr directora, entró a la Sala– Escuchen les dejo la lista de chicos que tenía a cargo Marta, ustedes separen como quieran –nos dejó el papel– cualquier cosa me chiflan

– Gracias Vero –comentó Miranda, la directora se despidió y salió de la Sala.

– Primero tengo que hacer la revisión de los chicos de la Sala A, después vemos estos –comente– Además ella tenía a los pibes más grandes

– Si, los de más de 18 años –asintió.

– Bueno me voy, luego hablamos –me despedí de ella y salí de la sala. Hoy tenía sección con los nenes a mi cargo, tenían entre 13 y 15 años.

La mayoría tenían problemas de adicción, seguido con problemas en su familia. Todo eso tratábamos de arreglar nosotros, aunque aveces era imposible.

Entré al comedor, los chicos estaban desayunando. Como eran muchos, siempre los separaban en dos partes primero los mas chicos y luego los más grandes. Busqué a unos de mis chicos, tenía que llevarlo a hacer la sección.

– Hola Agus –sonreí al acercarme– ¿terminate? –pregunté.

– Hola Oli, si ya terminé, dejo la taza y salgo –comentó. Asenti en respuesta y lo esperé.

Salimos juntos y fuimos a una de las partes del parque que tenia esté edificio. No sentamos en unos de lo sillones debajo de un árbol.

– Y bien, ¿como haz estado estos dias? –pregunté mirándolo.

– Bien, no hay nada nuevo –encogió sus hombros.

– ¿Nada nada? –sonreí.

– Bueno si, ¿te acordas que me dijiste que debía buscar un momento en el que haya disfrutado a mi mama antes de que muera? –habló mirándome.

– Si, para que tengas un recuerdo lindo y no la odies –asenti.

– Bueno, recordé uno –asintió sonriendo.

– Buenísimo entonces, ¿Queres contarmelo? –lo miré.

– Bueno es de cuando yo era un poco más chico, ella siempre me retaba porque yo les robaba juguetes a mis compañeros de jardín –susurró– Entonces una vez, un par de días antes de mi cumpleaños, cuando volví a casa ella me estaba esperando sentada, era raro porque nunca estaba en casa –sonrió– Me dijo, tengo un regalo para vos, así te dejas de portar mal, y me regaló dos autos chiquitos, uno era dorado y el otro negro –comentó.

– Eso es lindo Agus –susurre.

– Si, mi mamá siempre me enseñaba lo que estaba bien y lo que estaba mal, pero yo nunca le hacia caso por seguir a mi hermano –agachó su mirada y paso rápido la mano por su ojos.

– Eso es algo positivo, ahí tenes los valores por los cuales vos no debes cargar ese rencor Agus, tu mamá era buena madre solo que quizás vos no lo veías en ese momento –él asintió.

– Ya lo se Oli, yo solo quiero recordarla en los buenos momentos que teníamos juntos, por más pocos que eran, aveces eran lindos  –comentó.

– Sabés, a veces las mamás no nos damos cuenta de que nuestros hijos necesitan de nosotras, aveces lo vemos tan crecidos que creemos que ellos pueden solos, pero no, debemos estar atrás de ellos igual –hablé.

– ¿Tenes hijos Oli? –preguntó.

– Si, uno –asenti sonriendo.

– ¿Como se llama? –volvió a preguntar.

– Se llama Benjamin, y tiene 5 años –respondí.

– Vos debes ser re buena mamá –susurró y luego sonrió.

– Trato de serlo, todos los días aprendo algo nuevo sobre Benja –sonreí.

– Algún día quiero conocerlo, así jugamos juntos –comentó y sonrió.

– Si, veré si algún día puede venir –asenti.

Nos quedamos terminando la sección, Agus tenía 13 años. Su mamá había muerto hace un par de meses y él le tenía odio por haberlo dejado solo. Agus tiene problemas de adicción con las drogas, yo estoy ayudándolo para que no vuelva a eso otra vez, nos hemos vuelto grandes amigos, y eso es lindo en parte.

вєиʝαмιи •кнєα• Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora