Para dylan el día no iba exactamente del todo bien pues ya iba tarde a la escuela, la noche anterior se la había pasado estudiando después de haber llegado de su trabajo, sí, solía trabajar como mesero para ayudar a su familia quién consistía en su madre y hermana menor.
Al escuchar cómo su alarma sonaba por quinta vez se levantó rápido viendo la hora en su celular, maldijo en voz baja y se fue directamente a la ducha, después de unos muy largos minutos salio ya vestido, se puso su típico gorro y lentes pues digamos que de la vista ni estaba muy bien. Bajo las escaleras de su casa con prisa y fue hasta la cocina donde ya se encontraba su madre y su hermana desayunando, las saludo con un beso en la mejilla y acto seguido tomo asiento en su lugar tomando de su taza de café.
Maddie: por lo que veo se te hizo tarde, hermanito -bromea acabando su plato con cereal.-
Dylan: Callate, enana -bromeo comiendo lo que su madre le había preparado-
Maddie: idiota -le mostró lo lengua y salió de la cocina con rumbo a su habitación-
Scarlett: ayer llegaste muy tarde del trabajo, dylan -musitó viéndolo a los ojos-
Dylan: si, había mucha gente y tuve que suplir a Demian, lo siento.
Scarlett: me hiciste la promesa de que si conseguías trabajo, no dejarías aun lado tus estudios
Dylan: lo sé, ayer cuando llegue me puse a esrudiar, descuida madre
Scarlett: solo no dejes de estudiar ¿sí?
El chico beso la frente de su madre y salió de la cocina para ir a su habitación y cepillar sus dientes, una vez listo tomo su mochila junto a su guitarra y bajo corriendo buscando las llaves de su auto, no era la gran cosa pero para él era prefecto.
Su hermana subió a este y manejo hasta la escuela, ambos estudiaban ahí solo que en diferentes zonas. Estaba la zona de secundaria, preparatoria y Universidad, su hermana estaba en preparatoria y él había iniciado su primer año en Universidad.
Maddie era una niña de 17 años, mediana de estatura y cabello color chocolate, ojos verdes al igual que su madre.
Dylan era alguien alto, de 19 años para ser exactos, su cabello era igual de café que el de su hermana. Solía usar un gorro azul debido a que era el único recuerdo de su padre antes de que los dejará.
Una vez llegando al instituto estacionó su auto y bajo de este acomodando su gorro, suspiro despidiéndose de su hermana, busco con la mirada a sus amigos y al encontrarlos fue hasta ellos.
Marieh: Dylan! Hola -sonrio ampliamente.-
Dylan: Hola Marieh -se acerco y besó su mejilla-
Damian: ¿Ya supieron que hay dos alumnos nuevos?
Marieh: sí, de hecho debo darles un recorrido en el receso por el Instituto.
Dylan: suerte con eso -bromea- debemos ir a clase, posiblemente el profesor venga de mal humor y nos deje fuera.
Marieh era la mejor amiga de dylan de hace años, fueron juntos a la primaria y desde ahí eran mejores amigos sin mencionar que eran vecinos.
Dylan le tenía un gran cariño pues siempre la vio como su hermana sin embargo era posible que marieh no lo viera de la misma forma ya que ¿quien no se enamoraría de alguien con quien pasa la mayor parte de su tiempo?
Damian era él único mejor amigo de dylan, a él también lo conocía desde la primaria, su grupo de amigos solo consistía en tres personas; Dylan, Marieh y Damian.
Una vez al llegar al salón entraron tomando asiento hasta tras, el maestro solía ser algo amargado por lo cual era mejor no verlo a los ojos cuando esto pasaba pues posiblemente solo por esa estupidez te podía mandar a la dirección con un reporte.
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𝕤𝕒𝕪 𝕝𝕠𝕧𝕖 『𝘋𝘺𝘭𝘢𝘯 𝘖'𝘣𝘳𝘪𝘦𝘯 & 𝘑𝘢𝘥𝘦 𝘗𝘪𝘤𝘰𝘯. 』
Teen Fiction- "Quizá todas las palabras que guardamos, esas que no pudimos pronunciar en su momento, podrían haber solucionado grandes problemas, hubieran hecho la diferencia, pero preferimos tenerlas como un simple nudo en la garganta."