IV

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Sus mocasines grises se dirigieron con rapidez hacia la voz, mientras sus manos intentaban arreglar sus oscuros mechones despeinados.

Y YoonGi lo vio de nuevo.

Pero algo no estaba bien.

El castaño cantaba suavemente con una pequeña sonrisa tímida en su rostro, sus ojos café mirando fijo el piso sin atreverse a levantar la mirada. YoonGi ladeó el rostro confundido hasta que sus ojos grises creyeron distinguir algo.

Jadeó de impresión sintiéndose mareado, su estómago se sacudió con temor y fue incapaz de detener sus pies y sus manos.

El castaño quien apaciblemente cantaba, se detuvo abruptamente cuando sintió el delicado toque del pálido índice en su pómulo.

Ahí, justo donde nacía la marca purpurea.

Uh... perdón. — susurró YoonGi apartándose rápidamente.

El castaño miró fijamente los iris plateados y parpadeó repetidas veces en un fallido intento de alejar las lágrimas que – poco a poco – iban acumulándose tras sus parpados. Las pequeñas manos apresaron fuertemente la guitarra cuando se giró y hecho a correr, escapando lo más rápido que su dolorido cuerpo le permitió.

Confuso, YoonGi sacudió la cabeza mientras se inclinaba a recoger la funda de la guitarra y ante una que otra mirada curiosa, abordaba tímidamente el tren.

El hambre y el cansancio, habían desaparecido, siendo sustituidos por las dudas y un extraño sentimiento que oprimía su pecho al respirar.

You're beautiful│Yoonmin.Where stories live. Discover now