XXIX

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El aroma a café inundaba la pequeña cocina mientras una tenue sonrisa curvaba los finos labios del pelinegro, quien vigilaba el constante chisporroteo del tocino friéndose en la sartén. Se inclinó cuidadosamente para dar un vistazo y presionó un poco la espátula, cuando le pareció que estaba lo suficientemente crujiente, dio la vuelta a ambas rebanadas.

YoonGi se sobresaltó cuando sintió unos brazos ceñirse a su cintura.

¿Vamos a comer tocino hoy? —susurró JiMin reposando tranquilamente su mentón en el hombro contrario. Sus pequeñas manos acariciaron con lentitud sobre la fina bata de baño del pálido, ocasionando que sonriera con nerviosismo.

S-sí... e-espera — murmuró tímidamente — déjame servir esto y comeremos en un momento.

JiMin asintió apartando un momento sus brazos. Siguió a YoonGi con la mirada, mientras este colocaba el tocino en dos platos, en los que ya se hallaban tostadas y huevos. El castaño se acercó para ayudar a llevar los platos a la pequeña barra en la cocina, YoonGi enrojeció casi al instante en cuanto lo vio con nada más que una de sus camisas casi traslucidas, unos boxers negros y el cabello despeinado. JiMin se echó a reír al ver como caía la mandíbula de pelinegro, mientras sus manos intentaban inútilmente sujetar ambas tazas para llevarlas a la barra, hubiera sido una tarea mucho más fácil si hubiese sido capaz de desviar un segundo la mirada de las largas piernas del castaño.

Deja de mirarme así... — rió JiMin coqueto — pensaré que quieres algo más, chico pervertido.

S-si... yo, lo siento. Uh... yo... — YoonGi desvió la mirada al instante, enrojeciendo aún más si es que era posible, antes de sostener las tazas. JiMin acortó el espació entre ambos, quitando las tazas de las manos contrarias.

No tienes que ser tímido conmigo Min YoonGi. — susurró enarcando una ceja en su dirección, antes de inclinarse hacia el para rozar sus labios con rapidez, sabía a menta y a una larga noche de sabanas revueltas — creo que ya lo has visto todo de mí... — murmuró divertido mientras se alejaba a la barra.

Habían pasado un par de semanas y el pelinegro aun no podía evitar reaccionar con nerviosismo cuando veía a JiMin pasearse con ropas demasiado ligeras en el apartamento, casi le da algo cuando lo encontró bebiendo café una noche, desnudo. A la luz, era diferente. Casi como ver a alguien irreal. En la oscuridad y el silencio del dormitorio, aunque su voz seguía siendo tímida y suave, sus manos parecían pertenecer a alguien más, pues se movían con seguridad y ternura, acariciando, buscando, memorizando cuando lograba obtener solo un estremecimiento más, grababa en su memoria cada uno de los puntos débiles del castaño. Su boca parecía conocer demasiado a JiMin, como si lo hubiese besado de pies a cabeza casi con adoración en otra vida... JiMin parecía deshecho, sin aliento entre sus brazos... aun no entendía porque en el día le costaba tanto verlo así.

Hyung, tenemos que hablar. — dijo seriamente el castaño, sacando al pálido de su ensimismamiento. YoonGi rodó los ojos.

Por favor, no me lo recuerdes. — habló antes de beber un trago de café. — Ya sé que te marcharás pronto, no es necesario que me lo repitas.

Lo sé... lo sé, solo quiero que recuerdes muy bien lo que haremos. — insistió el castaño mordisqueando su tocino.

Es que no tienes que enviar un boleto, JiMin. —Susurró el pelinegro avergonzado — Yo puedo pagar el mío e ir a verte.

Está bien, hyung. — restó importancia con un ademán de mano — pero te dije que puedo hacerlo, pagan bien en la compañía en la que soy pasante, fue por eso que vine a verte, sino hubiese sido imposible... — sonrió — además solo queda un año en la Universidad y seré libre.

Me gusta eso. — susurró el pálido escondiendo una sonrisa tras su taza de café. JiMin sonrío con emoción, asintiendo. — ¿Qué piensas hacer cuando seas libre?

El castaño se encogió de hombros.

Debo... uh... buscar un trabajo. — señaló a YoonGi con su tenedor — y ahorrar. — el pelinegro asintió conforme. — Y hablar contigo sobre mudarnos a un apartamento más grande. — Asintió para sí mismo, el pálido se ahogó con el café, ocasionando que el menor le observara con diversión — ¿Creíste que te desharías tan fácil de mí, Min YoonGi? —susurró cariñosamente, YoonGi negó con la cabeza, limpiando sus labios con la servilleta. — Solo debemos esperar un poco, seré tan atento que ni siquiera notarás que no estoy aquí. Llamaré y escribiré diario temprano y querré saber de ti antes que te duermas... — JiMin entrecerró un poco los ojos — Oh quizá debería dejar que me eches un poco de menos...

¡No! — Interrumpió el pálido de inmediato —... No... — repitió en voz baja — por favor, estará bien, solo no me dejes echarte de menos.

Los ojos café del castaño se ocultaron en una brillante sonrisa.

Descuida hyung, no lo haré.

You're beautiful│Yoonmin.Where stories live. Discover now