XXI

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De acuerdo, esto no era exactamente lo que JiMin había imaginado cuando YoonGi mencionó que llevaría "algo" para protegerse. El castaño caminaba con la mirada gacha y el asomo de una sonrisa divertida amenazando con curvar sus labios, sus manos estaban ocultas en los bolsillos de los jeans, agradeciendo el calor que en ese instante, propinaba el grueso sweater rojo de punto. Sus pasos resonaban suavemente en la acera, viéndose acompañados por el sonido de los pasos junto a él. YoonGi iba vestido únicamente de negro, abrigo, gorro de lana y pantalones gruesos, el pálido era friolento, por lo que siempre solía portar mitones, era curioso, gracioso, considerando el grueso tubo metálico que apenas lograba mantener oculto tras su espalda.

No estoy seguro de esto. — sonrió JiMin a la nada. YoonGi rodó los ojos, deteniéndose en el asfalto.

Yo golpearé a ese sujeto si se acerca a ti. — prometió el pálido con el ceño fruncido. JiMin negó con la cabeza, incapaz de contener la risa.

Hyung, es más probable que corras en otra dirección en cuanto lo veas. — sugirió divertido. — Aun así... eres muy tierno, YoonGi... — susurró el castaño— por preocuparte. Gracias.

YoonGi asintió con la cabeza, mostrándose visiblemente tranquilo, aun cuando su corazón se sintió descolocado ante el halago. El pelinegro retomó el camino por el cual era guiado, hasta que JiMin se detuvo, volviendo el rostro hacia todas partes, con la inseguridad nublando sus ojos café.

Es aquí. — anunció, deteniéndose delante de una sencilla fachada amarillo pastel, habían unos cuantos escalones que llevaban a una puerta café, encontrándose está abierta. — En la primera planta.

YoonGi asintió, algo irritado por la falta de seguridad del lugar, mientras seguía sigilosamente al castaño por un estrecho pasadizo apenas iluminado. JiMin se giró hacia él, con una sonrisa en cuanto hubo encontrado la puerta de su apartamento libre de custodia.

Justo aquí. — dijo casi con alegría, deteniéndose frente a la última puerta. YoonGi asintió una vez más, intentando calmar los latidos de inseguridad en su pecho, mientras abrazaba el tubo con ambas manos ocultándose un poco en la pared posterior para intentar distinguir con la mirada si es que había alguien al doblar el pasillo. Las llaves titilaron suavemente cuando el castaño intentó meter una de ellas en la cerradura, errando en su propósito al ser halado hacia atrás con brusquedad.

YoonGi tragó pesado en cuanto lo vio.

¡Te he esperado, Park JiMin! — vociferó una voz gruesa.

El corazón del pelinegro dio un vuelco, y el mundo pareció detenerse, cuando escuchó a JiMin lanzar un chillido adolorido al ser zarandeado por el cabello.

Era alto, quizá un par de cabezas más alto que YoonGi. Las grandes ojeras que destacaban bajo los frenéticos ojos café, hacían lucir al pálido rubio mucho mayor, quien, a pesar del frío, llevaba únicamente una camiseta sencilla de color blanco y unos jeans. YoonGi se ocultó aun más, aplastando su cuerpo contra la pared, Jackson tenía quizá mucho más músculo del que YoonGi conseguiría en su vida y sujetaba a JiMin bruscamente de los mechones castaños, mientras su otra mano se cernía amenazadoramente rodeando la nuca del menor, YoonGi podía ver las pequeñas manos intentando rasguñar los dedos que se cerraban alrededor de su cuello, el pelinegro observaba la escena paralizado por completo por el miedo.

Eres un desconsiderado, JiMin. — le oyó YoonGi mascullar con ira — tenerme aquí, esperando tras de ti, cómo si no tuviera nada más que a ti...

Ahg... — JiMin se sacudió, intentando patear al mayor y sus manos buscaron el rostro contrario con desesperación intentando rasguñarlo, YoonGi presionó el tubo contra su pecho, cuando escuchó la débil voz del castaño, gruñir — t-tu... ya no... me tienes...

You're beautiful│Yoonmin.Where stories live. Discover now