VIII

723 144 11
                                    

Suspiró aliviado en cuanto su cuerpo se encontró nuevamente envuelto por la agradable tibieza del agua. Antes de meterse en la tina se duchó asegurándose de quitar toda la suciedad de su cabello y piel. La bañera no había sido más que un pequeño capricho. Ahora descansaba deliciosamente sumergido bajo el agua caliente. Cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, sintiendo como lentamente cada músculo en su cuerpo se relajaba.

Tomó entre sus manos una pequeña jarrita de plástico transparente que estaba al borde de la tina y recogió en ella un poco de agua que poco a poco vertió sobre su cabello.

Las comisuras de sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa al verse acunado por la calidez.

Jugó un poco más en el agua hasta que sus manos comenzaron a recorrer cuidadosamente la piel de su pecho. Las yemas de sus dedos palparon delicadamente – casi con temor – deteniendo su búsqueda con un siseo bajo que quedó atrapado entre sus diente.

Lo sentía, justo bajo sus costillas.

Dolía.

Se había pasado. Definitivamente, se había pasado.

Jackson siempre había sido un hombre apasionado y solo un poco controlador. No sabía en qué punto, JiMin perdió el poco o casi nulo control que creía él, poseía. En cuanto los golpes comenzaron a caer, no estuvo seguro de poder soportarlo. Saco fuerzas y se apartó, mandándolo al demonio.

Por un tiempo, se sintió bastante bien por la decisión que había tomado. Sin embargo, la tranquilidad fue rápidamente sustituida por el miedo cuando notó que Jackson no sabía afrontar el rechazo de la mejor manera.

La misma noche en la que había visto al joven de ojos grises en la estación de tren, Jackson aguardaba pacientemente fuera de su apartamento y golpeó con tanta ira su pobre cuerpo que apenas había podido huir. No tuvo donde pasar la noche, pero no le dio importancia. Aun se sentía demasiado asustado por lo ocurrido como para detenerse a cerrar los ojos. Caminó ocultándose por los alrededores, hasta que pensó que él ya debía haberse marchado, volvió a su apartamento, solo para encontrar a Jackson dormitando con la espalda pegada a la puerta antes de huir en dirección contraria.

Fue a la policía, pero solo consiguió que se rieran de él los tres oficiales que le tomaron la declaración, asegurando que ese era su problema por meterse con un hombre y no con una niña; que fuera a arreglar sus problemas domésticos y no molestara con asuntos tan tontos. Salió de ahí sintiéndose más adolorido aún, viéndose completamente solo.

Intentó volver a su apartamento a la mañana siguiente pero volvió a encontrarse con Jackson, y eso fue todo. Logró huir y de ahí en más no volvió a intentarlo. Estaba tan asustado que el miedo le había mantenido alerta durante las tres noches en las que durmió en el tubo del parque, abrazando su cuerpo y durante la tarde cantó en una plaza por monedas para comprar algo de comida.

No quería volver a casa. No recordaba haber sentido tanto miedo. Jackson era grande, y podría... hacerle daño. Yo le había hecho daño... unos golpes más y podría...

Unos suaves toques en la puerta hicieron que despertara de su ensimismamiento.

JiMin...  — llamó la voz con timidez.

Sí, estoy aquí.

Solo quería decirte que la cena esta lista... puedes seguir el tiempo que quieras en el agua, aunque creí que quizá podrías tener hambre.

Iré ahora... muchas gracias.

Está bien.

Una pequeña sonrisa de agradecimiento se dibujó en su rostro.

Le debía mucho a Min YoonGi.

You're beautiful│Yoonmin.Where stories live. Discover now