XI

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No vuelvas a comprar nada, si quieres cocinar solo debes decirme.— Reclamó YoonGi con voz suave — Y yo iré.

No sea gruñón, hyung. — Rió entre dientes JiMin, mientras tomaba sorbitos de lo que quedaba de su taza de café — ya le dije que tenía algo de dinero en el estuche que me devolvió. Además me sentía terrible por venir aquí e invadir su privacidad sin hacer nada por usted... yo solo...  — se encogió de hombros —  quise... agradecerle por haber sido tan amable conmigo.

Sigue sin parecerme justo. — Musitó mientras cerraba la llave del agua y secaba sus manos en un deshilachado paño de cocina.

Debe acostumbrarse — sonrió JiMin — si me tiene aquí, siempre seré agradecido.

Los labios finos del pelinegro se crisparon con suavidad, pero guardó la sonrisa para sí, mientras una gran cantidad de dudas se abalanzaban sobre él. Desde si JiMin se vería malditamente bien todo el tiempo, hasta cómo alguien como él pudo haber sido novio de una escoria que había osado lastimarlo.

Sus ojos plateados divisaron de reojo el delicado perfil de piel apenas tostada y bonitos labios carnosos que aún se apoyaban sutilmente en el borde de la pequeña taza blanca de cerámica.

Negó con la cabeza, incapaz de reprimir la sonrisa.






You're beautiful│Yoonmin.Where stories live. Discover now