Ellas están aquí #7

6. Enfermo

Emmet

Camino por el edificio Razieli y llego hasta el pasillo donde está la oficina de mi hermano, veo a Ace sentado en el piso, apoyando su espalda al lado de la puerta.

—¿Sigue ahí dentro? —pregunto sobre Blake y el adivino se levanta del suelo.

Me sonríe.

—Seguro tú podrás convencerlo.

—Si no pudiste tú, menos yo —Me giro, golpeo la puerta y la rompo en mil pedazos —. No tengo paciencia para lidear con dos frustrados —refiriéndome también a Rein.

—Creo que el que está tenso es el sexy robot —opina el adivino, lo miro amenazante y se sobresalta —. Soy muy frágil, no me lástimes.

Dejo de observarlo y busco a Blake en su maldito laboratorio.

—¿Qué mierda estás haciendo? —le digo mientras mezcla pócimas con sangre, puedo olerla hasta aquí.

Tiene un pañuelo hasta la altura de su nariz para ocultar sus heridas. Me le acerco a pesar del aroma fuerte de mi alimento, el cual me excita. Lo agarro del brazo para sacarlo del laboratorio, lo empujo fuera, ya que colma mi paciencia.

—Ay no lo lástimes —expresa Ace cuando Blake cae al suelo.

—¿Vas a explicarme qué estabas haciendo ahí dentro? —exijo.

Mi hermano se levanta del suelo, se acomoda los lentes, pero no se baja el pañuelo para hablar.

—Lo de siempre, buscando una maldita cura —explica.

—Encerrado ahí no vas a conseguir nada.

—Y estresándote menos —agrega Ace preocupado —puedo sentir tus vibraciones negativas.

—No me interesan sus malditos sermones —Blake nos mira a ambos.

—Deberías visitar a Eloise —sugiero —. Su sangre es mejor que cualquiera que tomes ahora.

—¿De qué me sirve beber su sangre si voy a enfermarme otra vez?

Ace pone una mano en su hombro.

—Si estás en negación, no podemos ayudarte. Deberías hablar con Darren —Sonríe —. Es un restaurador, algo se le debe ocurrir.

Se aparta.

—No necesito la ayuda de nadie, he hecho esto solo muchas veces y lo seguiré haciendo así.

—No hay objeción —dictamino y me giro —hablaré con él.