11. Preparativos

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Rein

Como una cereza de la mesa, saboreándola con mi boca de chico, mientras me mantengo sentado mirando el salón.

—¿Por qué estamos aquí? —le pregunto a mi hermano que camina con una caja y la apoya luego en el suelo.

Maik sonríe.

—Vinimos a ayudar a Darren y a Seyn con los preparativos para la fiesta de su boda.

—¡Aburrido! —Bufo —Ayudar es para bobos —Miro a Ace que también está sentado como yo —¿Y tú no cooperas?

El adivino se ríe.

—Ya tengo gente que hace eso por mí, Postrecito.

—Si yo tuviera lacayos como tú, no los usaría para ayudar, sino para destruir —Sonrío ampliamente.

—Aunque la oferta es muy tentadora, eso no es relajante, la tensión no se arregla de esa forma.

—¿Sabés por dónde me paso tu tensión...?

—¡Rein! —me reprende Maik sin dejarme terminar.

—Como sea —Me como otra cereza.

—No hables así —aclara Eliza con el bebé en brazos —no quiero que Milo aprenda cosas malas.

—Mientras yo viva en la casa, eso va a ser imposible —Me río.

—Perfecto —Siento unas manos en mi cintura y mi cuerpito de chico es levantado hacia arriba, termino sentado sobre las piernas de Emmet cuando él me baja —puedes venir a vivir conmigo —susurra en mi oído y se me eriza la piel —problema solucionado.

—Me encanta la idea —opina la cobriza y la miro mal —¿Qué? —Alza una ceja —¿Acaso no son pareja? Necesitan privacidad —Gira su vista —y yo la mía —murmura.

—Tu privacidad se puede ir al cuerno, no me iré de mi casa —La miro de refilón y luego le recrimino a Emmet —y tú deja de tocar —digo sintiendo sus manos bajo mi remera.

—Estás muy malhumorado —El vampiro apoya su cabeza en mi hombro —¿Dónde quedó tu sonrisa?

—¿Por qué todos me quieren echar de mi casa? —Hago puchero recordando a las voces.

—¡Ay no! —se acerca Aradia escuchando la conversación y agita los brazos —¡¿Quién?! ¡¡Que malos!!

—Tú, que estás gorda —Sonrío.

—¡¿Eh?! —Se sobresalta y levanta las manos —¡¡No estoy gorda, tengo minipancita!!

—¿Alguien vio a Darren? —pregunta Seyn bajando el celular de su oreja —Lo llamo y no contesta —aclara.

—Capaz descubrió que eras un inseguro y te dejó —me burlo.

—Dejame probar a mí —expresa Xia acercándose y levantando su teléfono —. Está de chica, ¿no? Es muy tarde para que ande por ahí solita, la chiquitita.

—Quizás se murió y es mi día de suerte —opino —¡Hey! —me quejo cuando Emmet toquetea.

—Cómete una frutilla —Me da una la cual pensé que no había y ya no me concentro en su conversación absurda.

—Que tramposo —Relamo mis labios —pero eficaz —Como otra.

—Presiento mala energía —expresa Ace tocándose la sien.

—Hola, mis amores —Veo aparecer a Leik Misteik sobre la mesa, llenando todo de humo rojo, lo que me hace perder la comida de vista.

Frunzo el ceño.

—¡Te haré pagar! —Me levanto de sobre Emmet y de mis brazos salen rayos, así que el demonio debe esquivar mi ataque —¡Con mi comida nadie se mete!

—Nos calmamos, por favor —expresa Ace tranquilo, el cual tuvo que levantarse por culpa de mi electricidad —. Toma —Me da un caramelo y sonrío.

—Oh sí —digo emocionado.

—Todo hubiera sido más excitante —expresa Leik mirándome —si hubieras estado en tu forma de mujer ¿A ti también te molesta que te llamen como chica? —Ladea la cabeza.

—Me da igual —opino lamiendo el dulce que me dió Ace —. Soy Nyx o Rein, es lo mismo.

—¿Y dónde guardas tu ropa interior femenina? —Se muerde el labio inferior.

—Sigue hablando y te corto la lengua —expresa Emmet serio y luego me mira a mí —y tú no le respondas.

—En donde está cualquier braga —contesto —en el armario —Me río —. Es que me gusta contradecir órdenes, es mi naturaleza.

—Ay chico —Se ríe Xia.

—¿Qué?

—¿Saben? —expresa Ace —No es Leik quién me hace vibrar.

—Rayos, lo malpensé —expresa Eris avergonzada, que ordenaba unos adornos, y Xia la rodea con su brazo.

—Eso es por pasar mucho tiempo conmigo —Le guiña el ojo la pelirroja —aprendes bien y rápido.

Ace se ríe.

—Hay una presencia acercándose.

La puerta se abre y veo llegar a las voces en su forma de hombre con Darren en brazos, entonces aclaran, bastante tranquilas.

—Ayuda, se desmayó.

Ellas están aquí #7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora