Entre dos, no hay forma de decidir

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Después de regresar de la cita como hermanos, que para sorpresa de Kotori, Shidou le pidió que llevara las cintas negras, resultó muy bien y se fueron a dormir porque ya era tarde. Kotori no entendía las razones detrás de esto, y se las preguntó en plena película, él solo pudo responder que se dio cuenta de algo importante y que solo le demostraba que la quería mucho, está de más decirlo, pero ya no preguntó más, eso era más que suficiente.

Shidou se durmió con una sonrisa, realmente las guías para hacer feliz a las personas no existían, pero él podía hacer feliz a su hermana menor, y si podía hacer eso, podía hacer feliz a quién le rodeara.

El reloj marcaba la una de la mañana y fue durante esas horas en las que un sueño se creó en su mente. Pero no era cualquier sueño, pues en este se encontraba con Kotori acercándose a él y recordó; esto ya lo había visto antes, para ser exactos, era la continuación del sueño anterior.

«¿¡Kotori?!»

Ding-dong.

El timbre llamó la atención de Shidou y se giró a la puerta y Kotori le dio un beso en la mejilla.

—¡Iré a abrir! —dijo rápidamente y se alejó de ella. Tenía que alejarse de Kotori, algo estaba muy mal en ese sueño, la moral no parecía existir y la cordura de su hermana tampoco, pero no quería pensar en eso.

Cuando abrió la puerta, recibió un cariñoso abrazo de alguien muy similar a él; el cabello azul en cola de caballo con algunos flequillos sobresalientes lo remarcaba todo.

—¡Nii-sama!

—¿Mana? Que sorpresa. —Ese nombre llamó la atención de Kotori y se acercó un poco a la puerta.

—Vine a visitarte... ¿Acaso ya no puedo venir a ver a mi nii-sama? —dijo con tristeza, él sonrió.

—Claro que puedes, Mana.

—Solo de visita.

Kotori lo dijo secamente, fue cínica, más de lo que podría, eso extrañó a su propio hermano y Mana se sintió ofendida.

—Kotori, no digas esas cosas. Pasa, Mana. —Shidou calmó un poco la tensa situación y Mana entró a la casa. Pero Kotori volvió a portarse hostil:

—Shidou, recuerda que vives conmigo ahora. Yo soy tu hermana menor, es hora de aclarar esto, Mana.

—¿Qué? Es obvio que nii-sama te quiere mucho, pero yo soy su hermana de sangre y...

—¿Eso a mí qué? Nunca has estado con él, es dudoso que tú seas su hermana biológica.

—¡Basta las dos! —Ambas le vieron con seriedad.

—Hermano, decide: ¿¡A quién amas más?!

Shidou se puso a sudar y se quedó petrificado sin poder huir, cuando iba a hablar, simplemente las palabras no salían y veía como el rostro de Mana se entristecía.

Ella se parece mucho a él pero no había completa seguridad de que ella era su hermana de sangre, aun así Shidou lo había aceptado. Y eso fue justo lo que le había dicho Kotori en su anterior sueño, pero no pudo evitar negarlo y él sabia exactamente la razón.

Shidou despertó de esa tortura mental y se sentó en su cama mientras la oscuridad del cuarto lo rodeaba. En realidad, después de que Mana mató a Kurumi frente a sus ojos, ya no tuvo más preguntas que hacerle y después de que fue hospitalizada, tampoco pudo verla hasta mucho después.

—Mana...

Los ojos de Shidou se estrecharon y se dio cuenta de que a pesar de que Mana aseguraba ser su hermana de sangre y de su constante amor hacia él, no había hecho nada por ella. La culpa empezó a estrujar su corazón y entonces el joven se limpió sus ojos pero fue tarde, las lágrimas salieron solas.

Guía para enamorar a un espírituDonde viven las historias. Descúbrelo ahora