Afterstory

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Parte 1: Cicatrices.

Una gota.

Dos gotas.

Al final fueron tres. Luego vendrían más, naturalmente, como suele pasar cuando uno se baña y las gotas de agua resbalan por las puntas del cabello, sobre todo cuando es como el de Shidou.

Habían pasado unos días de su recuperación, alrededor de cinco días en los que poco a poco se fue recuperando de todas sus lesiones. A pesar de que fue curado, el rostro le dolía, de hecho, todo su cuerpo a veces se entumecía.

Y no solo eso.

El chico estaba sentado en el banquito usual japonés para bañarse frente a la pared; la observaba sin razón alguna. Solo cuando estaba en soledad, cuando observaba a un punto fijo, cuando todo parecía tranquilo como el mar muerto, Shidou recordaba partes de su pelea con un espíritu particular.

El espíritu de la luz, Satou Matsuo, poseedor del ángel Mikael.

Veía su cara invertida; ojos color rojo, con una oscuridad profunda en el punto central del iris, su cabello negro largo que le cubría parte de su frente y su sonrisa estirada, de oreja a oreja. Su expresión parecía burlarse de Shidou y de hecho, cuando pelearon, en verdad se burló de él, lo hizo sufrir. Y ahora seguía viéndolo con una expresión burlona.

¡Je! Tu amigo está muerto, ¡te reunirás ahora mismo con él! ¡Acabaré contigo, Shidou!

Se vacío agua encima de su cabeza, la imagen de su amigo inverso se distorsionó en ondas cristalinas, como una hoja de papel que se mueve entre corrientes de aire. Cabello cayó de la cabeza de Shidou y algunos se pegaron a su mejilla.

«Satou... No dejaré que se repita, nunca más. Nunca más». Llenó de nuevo otra cubeta y se la echó encima para que todo su cabello extra fuera removido de su cabeza, luego apretó los puños. Su cuerpo se había desarrollado gratamente, aunque recién había dejado su método de entrenamiento intensivo, su cuerpo había quedado como el de un atleta, aunque no de manera exagerada, sino de una manera normal, como si ya hubiera crecido así de forma natural.

—¡Shidou!

—¡Wahh! —Ante el llamado de su hermana, soltó un grito ahogado por un congelamiento repentino que le llegó hasta el cuello, todo se había congelado de repente—. ¡Uhhh! ... que... frío...

—Shidou, yo también me quiero bañar, ¡sal ya de ahí! Llevas como 20 minutos en el baño.

—L-lo siento, Kotori. Po-pronto... saldré... —Shidou intentó sonar normal, pero esto no pasó por desapercibido por su hermana menor.

—¿Por qué tartamudeas? Y por qué se siente esta... —Sus ojos se abrieron como platos al ver su propio aliento, por lo que abrió la puerta de manera precipitada—. ¡¿Qué pasó aquí?!

—Kotori...

La chica se quedó perpleja al ver como Shidou estornudó al tener solo libre la cabeza, todo lo demás estaba congelado, así como el baño. También se sonrojó por ver el cuerpo de su hermano, claro, no pudo verlo todo pero aun así le dio vergüenza.

—¿¡Otra vez?!

—Sí... —dijo en un susurro entrecortado.

—Pues haz algo para quebrar todo ese hielo, el entrenamiento con Satou no es un desperdicio, ¿sabes? Nos cuesta la mañana del sábado, ¡no seas tonto!

Shidou calentó todo su cuerpo hasta que una nube de vapor llenó el lugar, todo el hielo se había derretido por las llamas de fuego de Shidou, gracias al ángel Camael.

Guía para enamorar a un espírituDonde viven las historias. Descúbrelo ahora