El lazo que nos une

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A lo largo de su vida, Shidou Itsuka había conocido y tratado con los espíritus, demostrando ser diferente a los demás y ofreciendo siempre su ayuda y amistad, había logrado algo que los mismos espíritus creyeron imposible, que alguien, en este particular mundo, les entendiera.

Ellas siempre pensaron que Shidou hizo todo con una sonrisa y en parte lo fue, pero nunca pensaron en todo lo que ese chico había hecho para lograr lo que logró. Ellas habían descubierto cosas que no sabían y ahora por fin escuchaban los sentimientos de Shidou, era obvio que estaban tan conmovidas y delicadas, que simplemente lloraron.

Incluso Kotori con sus cintas negras, todo esto había sido un golpe durísimo para todos, porque incluso siendo su hermana, no sabía todo lo que Shidou escondía en su corazón; porque hay cosas que no se dicen, solo se sienten.

—Satou... —Shidou se volvió a poner su playera y el otro joven se secó las lágrimas, él sonrió al ver eso.

—Shidou... sé que es tarde pero... lo siento. No sabía por qué hacías esto, ni las verdaderas razones por las cuales mis padres murieron, aun así... no es excusa por todas esas heridas que te he hecho.

—Está bien... nunca es tarde para pedir disculpas, Satou, siempre y cuando estés arrepentido. Y puedo ver claramente que lo estás.

—Shidou... yo... ¡Haré lo que me pidas! No importa lo que sea, incluso si es dar mi vida, solo así podré recompensarte por todo los errores que he cometido. —Satou agachó la cabeza—. Solo así... ¡Eh! —Shidou puso la mano en su hombro y él alzó la mirada.

—No necesitas hacer nada, porque aunque yo te perdone, sé que no lo harás tú. Por eso, lo único que quiero que hagas por mí, es que te perdones a ti mismo.

«¿Cómo puedo hacer eso?»

—Pero antes, quiero que me sigas. Te llevaré con mis amigas, los espíritus.

—¿Qué? Pero... después de lo que hice... —Shidou asintió con la cabeza.

—Sí, tienes que conocerlas... porque ahora ya no son tus enemigos, ¡ni lo serán nunca! Satou, no tengas miedo... eres bienvenido, deja el pasado en el pasado, y empieza a vivir el presente... como mi amigo.

—¿Amigo? —Le tomó de los hombros, le sonrió y asintió con la cabeza. Satou no podía creer nada de lo que escuchaba, una gran calidez inundó su cuerpo y alma. «¿Qué me está haciendo? Es como... ¿Amigo? No merezco tu amabilidad, ¿y aun así me la das, Shidou? ¿Es este tú perdón?».

—Kotori...

¿Sí, Onii-chan?

—Transpórtanos a Fraxinus, Satou ya no los lastimará más.

No se dijo más y los transportaron a Fraxinus. En cuanto salieron del área de transportación, todas las chicas recibieron a Shidou con un abrazo, tanto así que no podía respirar. Satou se les quedó viendo.

«Mikael... una vez me hablaste de la conexión entre un ángel y su portador, un humano. Una conexión en la que ambos se miran, se protegen, como si fueran uno solo, incluso si están separados... ese hilo que los ata... ¿Es posible lograrlo en los humanos?»

El ángel dudó en responder porque no estaba seguro, pero lo había notado después de pelear con Shidou, cuando los demás espíritus corrieron a ayudarlo.

Sé a lo que te refieres... pareciera ser que Shidou y los demás espíritus están conectados por algo más... que no puedo entender, Satou.

El joven vio como lo abrazaban entre todas, casi lo estaban dejando sin respirar y eso lo vio un poco gracioso. ¿Cómo era posible que alguien llorara por otro? ¿Cómo era posible sentir lo que otro siente?

Guía para enamorar a un espírituDonde viven las historias. Descúbrelo ahora