Sentando cabeza

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Shidou por fin lo había encontrado, el propósito de su vida, lo que lo hacía más feliz, lo que su corazón le decía que era lo correcto, era tan extraño lo fácil que lo había entendido después de todo la depresión por la muerte de Mana, por su falta de fuerza, por todo lo que tenía en contra y por lo mucho que significaban las personas a su alrededor para su bienestar. Saber lo que en verdad debes de hacer con tu propia vida es algo difícil de descubrir, mucho más cuando no te conoces a ti mismo y porque los medios y sociedad te han dado pautas de lo que es el éxito, de cómo vivir bien y de cómo, gracias a los anteriores puntos, podrás ser feliz.

Pero Shidou no tenía necesidad de ser rico o de tener una gran empresa, él era feliz con lo que tenía, pero... ¿estaba conforme con eso? No, no lo estaba y al principio no lo entendía, hasta que por fin, pasó una catástrofe que lo hizo reflexionar, tuvo que ver morir a su hermana menor y ver heridas a las personas que más quiere para poderse dar cuenta de lo que le faltaba.

La falta de responsabilidad por su parte desde que él decidió ayudar a los espíritus, no había sido lo suficientemente fuerte como para que él se preocupara por ello, porque si lo hubiera hecho, desde el principio se hubiera tomado en serio el entrenamiento de Ratatoskr, lo cual se lo tomó a broma y después como una patada en el trasero, porque sinceramente no quería hacerlo.

Así había actuado Shidou, pero eso el día de hoy se acababa. Por fin sabía qué debía de hacer. No iba a ser fácil y sus opciones eran limitadas, pero lo haría por esas personas que quería proteger y cuidar, por esas personas que no tenían culpa de ser distintas a los demás, por esas personas que eran atacadas antes de ser comprendidas, por esas personas que solo eran tomadas como enemigos desde que aparecieron en la tierra.

Por los espíritus.

Una de esos seres se encontraba besándolo en el piso de su casa de manera controladora y con sus manos en sus mejillas para evitar que él pudiera escaparse con mover la cabeza, el beso comenzó a volverse más largo de lo que alguna vez Shidou había besado, ni siquiera a Tohka le había besado por tanto tiempo y eso que la había besado ya más de tres veces. No tuvo más opción que corresponder al beso de Miku y abrazarla también, se la debía por ayudarle a retomar el camino correcto. Después de un minuto, finalmente le soltaron por falta de aire. Él estaba completamente sonrojado por ese beso, ella le sonrió con un leve sonrojo en las mejillas.

—Miku... gracias.

—No es nada, cariño. Y la próxima vez que te sientas mal, no dudes en decirme, te apoyaré en todo lo que necesites—. Shidou se alejó de ella para levantarse, luego le ofreció su mano para ayudarla a pararse.

—Miku, me sorprende escuchar eso de ti. Yo debería de decir eso, no tú.

—Lo sé, pero fue de ti quien lo aprendí. Ya que siempre eres tan amable con todas, cariño—. Él se ruborizó de nuevo, no entendía la razón, tal vez es porque se sentía raro.

—Gracias. Aunque creo que eso no es suficiente para agradecerte, Miku.

—En ese caso, después de que pase todo esto, ¿tendremos una cita?

—¡MIIIIKUUUUUUUUUUU!

El grito de Tohka con lágrimas en los ojos fue escuchado en casi todo Fraxinus, Yoshino se tapó los oídos por semejante grito. Kotori no estaba del todo contenta porque Tohka ya estaba enojada y ese grito había cuarteado todos los monitores del centro de mando por semejante rabia, pero ya que las lecturas de Shidou salieron del rango depresivo, no podía quejarse.

—Pero... Tohka, ¡Shidou ya está mucho mejor!

—¡Pero Miku lo hizo y no yo! ¡Yo hice mi mejor esfuerzo y Shidou me rechazó! ¡Eso no es justo! ¡No es justo! ¡Shidou, eres un idiota!

Guía para enamorar a un espírituDonde viven las historias. Descúbrelo ahora