Capítulo 3 - Un clavo saca otro clavo.

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Makis Prov:

Maldita arrogante, ella cree que por tener esa sonrisa hermosa puede poseer, no señor, no caeré en sus juegos sucios, ni aunque tenga esos labios gruesos y deseables, aunque tenga ese pecho firme y bien formado, aunque tenga ese vientre plano y blanco que me gustaría marcar a mordidas, aunque tenga ese gran y respingado trasero que me gustaría azotar hasta que quedara rojo, "Basta María Cristina, deja de pensar en la doctora Afanador", me reprendo mentalmente, maldita mujer, sale de mi mente.

-Makis, te estoy diciendo que tienes que ponerte el reloj, no guardarlo – me dice Juli a mi lado, resulta que ahora la maldita se mete en mi mente y no me deja pensar bien en mi trabajo.

-Si, como sea – cierro la taquilla con fuerza para después empezar a amarrar mis tenis, Daniela también se acerca a nosotras con esa sonrisa.

-Estás de mal humor esta mañana - dice tiernamente, ella es una persona demasiado dulce, una persona con las que te gusta compartir.

-Tuve una pesadilla y desperté de mal humor – le digo encogiéndome de hombros, quizás con la esperanza de que ellas me perdonen por mi comportamiento de esta mañana.

-Pérez, De Angulo, Calle, apuren que las necesito ahora mismo para las rondas, además les tengo una nueva tarea – la voz de Olga Vives resuena en la estancia, haciéndonos saltar de inmediato, corriendo hacia donde está ella, a su lado se encuentra una chica de mediano porte, profundos ojos verdes y cabello marrón, nos mira a nosotras y después mira a nuestra residente, quien solo le hace una seña para que se una a nosotras.

-Ustedes serán las encargadas de poner al día a la señorita Scorsone, yo tengo que cuidar que no hagan ningún desastre – dice y simplemente empieza a caminar hacia el mesón de las enfermeras, donde se le entregan una pila de fichas clínicas.

-Caterina, un gusto conocerte – tiene una sonrisa dulce y tímida, le doy una sonrisa amable, no porque quiera coquetearle, solo porque quiero ser amable, la verdad es que yo no sentí ese nerviosismo porque tenía a Juli a mi lado, no me imagino lo que sería llegar sola a estas instancias.

-María Cristina, pero dime Makis – la veo asentir y recuerdo lo que dijo Vives – No Lo tomes personal si ella te grita, al parecer es como una especie de niñera que nos debe enseñar medicina, entonces siempre está un poco estresada, pero parece ser buena chica, solo corre cuando te llame, no le ocasiones problemas con los médicos adjuntos y dale comida a cada que puedas, ella será feliz.

-Lo tendré en cuenta, gracias Makis – entramos a la primera sala y para mi mala suerte, lo primero que veo es a Natalia Afanador sonriéndole amablemente a un niño, él se ríe con ella de manera desmedida mientras que ella solo realiza alguna payasada.

-Doctora Afanador – saluda cordialmente la doctora Vives, de inmediato su mirada se fija en mí.

-Doctora Vives – dice con una sonrisa, metiéndose las manos a los bolsillos de la bata, sus ojos me recorren de arriba abajo, haciendo sentir un calor infernal al instante, instintivamente me empiezo a esconder detrás de Caterina.

-Doctoras, un gusto ver sus lindos rostros esta mañana – animosamente llega la doctora Esguerra, los ojos de ella van directo a mi amiga, Juliana se sonroja y mira al suelo con una sonrisa.

-Mira nada más, la doctora Esguerra llegó a asustarte con su fea cara Dylan, no te preocupes, yo te protejo del monstruo de las ojeras – Natalia Afanador envuelve con sus brazos a ese pequeño niño, ella tiene un don con ellos, parece calmarlo solo con sus payasadas y sus lindas palabras, para cualquier persona ella sería la mujer perfecta y para mí lo es, pero no puedo poner mis ojos en ella, no puedo.

Si Doctora - (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora