Capítulo 32 - Una paciente más.

639 46 8
                                    

Ahí estaba ella, Natalia Afanador, la doctora más brillante de su edad, con una familia hermosa, en el trabajo de sus sueños, con una novia que haría hasta lo imposible para verla sonreír, ahí estaba, ella, esa hermosa muchacha que había tenido que traspasar el infierno al lado de su exesposo para poder encontrar al su felicidad al lado de una hermosa muchacha un poco más joven que ella y que era su alumna. Ahí estaba, acostada en su cama, analizando curiosa el dictado de su diagnóstico por boca de unos internos que ni siquiera recordaba, porque es así, le dijeron que 6 años y tanto de su vida se habían borrado de su memoria como las olas del mar borran las huellas de la playa.

—Natalia Afanador Reyes, 29 años, se encuentra internada por una contusión que provocó una conmoción cerebral severa y amnesia, posteriormente sufrió episodios convulsivo que aseveró la amnesia. — Presentó Juliana Pérez viendo de reojo a su amiga, esa chica que parecía querer llorar con cada palabra. — Según los estudios realizados se estima que puede desarrollar una epilepsia de tipo crisis tónicas – clónicas, pero para confirmarlo deben terminarse las pruebas.

—Perfecto Pérez. — Felicitó Macarena Vicuña, la nueva residente a cargo de Makis y de Juliana. — De Angulo, toma el expediente y pide un electroencefalograma de alta densidad, además necesito ordenes una tomografía y una resonancia magnética funcional; cuando termines le entregas las resultados al doctor Víctor De La Fuente, él será su tratante.

—¿Yo? — Preguntó Makis al verse aludida, ella definitivamente no esperaba que se le diera el caso de Natalia, mucho menos después de que todo el hospital se enterara de la manera más cruel del hecho que ambas tenían algo. — ¿Está segura?

—Si De Angulo, — respondió con seguridad, intentando ocultar la sonrisa que se asomaba en sus labios, — estás demasiado atrasada, así que los casos con mayor relevancia llegarán a ti, y espero que te pongas al día.

—Gracias doctora.

La mujer morena, con rizos largo y de sonrisa amable hizo una seña para que el resto saliera, cuando ambas quedaron solas, la mujer se acercó y le dio una sonrisa. — Solo tú la puedes cuidar Makis, por eso estoy haciendo esto, quiero que te quedes tranquila, porque de una y otra manera la podrás cuidar.

—Muchas gracias Macarena. — Susurró la pelinegra con una sonrisa cómplice.

Makis se quedó mirando a su superior irse, sin percatarse de que Natalia seguía mirándola con curiosidad, con esos ojos extrañamente vivaces que incluso parecían superar todas las barreras de su dañado cerebro para mirarla con cierto amor.

—¿Tanto miedo me tienes que no querías llevarme a hacer un par de exámenes? — Llamó la atención de la pelinegra hablando de la manera más tierna posible. — Mira que tampoco soy tan mala, trabajo con personitas pequeñitas. — Puntuó ella. — Y ellos me aman, y también me aman los hacedores de las personitas pequeñitas.

El corazón de Makis brincó. — Yo no le tengo miedo doctora Afanador.

—¡Vaya! — La risa de Natalia hizo que Makis suspirara completamente enamorada. — La doctora en entrenamiento más linda del hospital me conoce. — Respondió con una sonrisa preciosa.

"Cómo no conocerte Afanador, mi amor" pensó Makis. — Claro que la conozco, usted también fue mi mentora, sé que es una doctora excepcional y una profesora aún mejor.

—Ahora si me siento alagada. — La sonrisa tremenda hizo que Makis volviera al pasado y vibrara por el deseo de besarla. — Bueno. — La misma voz hermosa la devolvió al mundo de los vivos. — ¿Me llevas o nos vamos caminando? Mira que los exámenes no se harán solos y tengo que saber si tengo epilepsia o si puedo ver a mi hijo.

Si Doctora - (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora