Un nuevo turno empezaba en el hospital para Natalia y Makis, todo apuntaba a que ese sería un día normal; esa mañana simplemente se levantaron, tomaron a los niños y se dirigieron hacia el hospital, Makis y Coni directo a hacer el ingreso de la pequeña luego de un fin de semana de mimos y risas, y Natalia con Jahkob directo a la guardería del hospital. La castaña sabía con claridad que su hijo no soportaría ni dos horas metido en ese lugar y saldría corriendo en dirección a la habitación de su nueva hermanita, claramente la llamaría para decir que el pequeño demonio se escapó y luego tendría que ir a buscarle para avisar que estaba en el piso de pediatría jugando con su nueva amiguita.
—¿Con quien te toca hoy? — Natalia revisaba su agenda, esa que se le había enviado al su correo.
Makis tomó el bíper que se le había entregado, y luego su celular. — Ortopedia con el doctor Medrano. — La pelinegra resopló. — Pero primero debo pasar por las manos de la doctora Vives.
—Te cuidado con ella amor.
—¿Por qué lo dices? — Makis se detuvo para mirarla de manera inquisidora. — De hecho, creo que hasta dejó de odiarme, ya no me trata tan mal como antes.
Natalia resopló, no quería lucir como una novia celosa, pero ella sabía distinguir los ojos de un cazador, de una persona dispuesta a todo para triunfar, y la veía en esos ojos azules, veía la misma mirada que tenía David. —Ven amor. — Tomó su brazo y la adentró a las escaleras de emergencias.
—¿Qué pasa? — Makis podía ver el temor plasmado en Natalia. — Hey, no hagas esa carita que me asustas.
Las manos de Natalia fueron a la cintura de la pequeña, pegando sus frentes de manera inmediata. — Le gustas Makis, tú le gustas a Olga Vives, y sé que ella puede hacer cosas terribles con tal de tenerte. — La pequeña iba a protestar, pero el pulgar de Natalia le hizo guardar silencio. — Escúchame, por favor. — Makis besó su pulgar, asintiendo con delicadeza. — Le gustas y sé que es capaz de todo porque tiene la misma mirada codiciosa y fría de David, tiene ese mismo demonio implantado en sus ojos, ese que solo dice lo dispuesta que está de pasar por sobre quien se le atraviese por delante con tal de tener lo que quiere, y no quiero que te haga daño Makis, así que, por favor, ten cuidado con ella. No te estoy diciendo que seas pesada o que no la hables o no la mires, solo quiero que tengas tus reservas, que observes con cuidado y que cuando veas algo raro, corras en dirección contraria a esa arpía.
Makis pudo sentir el temor en sus palabras, pudo sentir el auténtico miedo calándole en los más fondo del alma a Natalia, y supo que ella hablaba con seriedad, no por celos o por rencillas, tenía autentico miedo. — Eres la persona más linda que puede existir en el mundo entero. — Apena se empinó para tomar sus labios con delicadeza. — Sé que no puedo ser hostil con ella porque es mi jefa, pero si intenta algo raro, correré y te confiaré todo lo que tenga que ver con ella, no quiero que le haga daño a esto que tenemos.
—Y cualquier cosa recuerda. — Un rápido beso fue puesto en los labios de la menor. — Que yo soy su jefa y la puedo joder por querer joder a mi princesa.
Un beso, solo un beso pudo calmar esos agitados corazones que no daban más de cariño, solo con ese ligero roce de labios lograron dejar a sus corazones en paz. Muy por el contrario, Olga Lucia se preparaba para comenzar a dar marcha a ese plan que la haría cuestionarse por el resto de su vida.
—Deja de ordenarme Pavia, se muy bien lo que tengo que hacer.
—Pues no lo parece, — la mano de David se cerró en el brazos de la muchacha, haciendo que su avance se detuviera al instante. — Yo me estoy jugando el culo con todo esto y tu solo la miras con esa cara de idiota que se te planta.
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Si Doctora - (Ventino) [Makia]
Roman d'amourUna noche de sexo no debería significar más que eso, pero si el destino se empeña en juntarlas, quizás no deberían hacer oídos sordos.