Capítulo 33: Primer Golpe

3.8K 314 26
                                    

Calle llegó a la casa, encontrándose con esta sola, pues al parecer Sebastián había salido, aprovechando la situación, se dirigió a la habitación, donde se quito la camisa gris arrojándola a la cama, y tomando su toalla para encaminarse al baño. Se detuvo al frente del espejo, viendo las marcas que Poché le había dejado, haciendo que su respiración se dificultara al recordar lo que había sucedido.

« Sus besos carnosos en tu piel, haciéndote la piel de gallina, erizando cada uno de tus vellos, incontrolablemente perdiendo tus razones. Se sabe que quieras gritar su nombre, sin importar que estuvieran en aquel sitio público, querías dejar saber quién te extremecio el cuerpo con tan sólo un roce de sus dedos, quien te hizo llegar hasta el éxtasis después de tanto tiempo intentando; fingiendo tener placer con el chico que te acuestas todas las noches. Sabes que en verdad no te arrepientes de haberlo hecho con ella, venga ya, quieres volver a hacerlo, que te tome entre sus manos, y te haga suya, una y otra vez »

– ¡Ya! Ya basta, joder, no, no quiero nada de eso, quiero que esto haya sido solo un sueño, no puede ser que haya seguido con el juego... ¡Es que se me fue tan imposible negarlo! Malditasea esa mujer, con su tan atractivo cuerpo, y su tan hermosas facciones, y su ridículamente grande... – Frenó sus palabras de golpe, frunciendo el ceño, recordando lo grande que era, su boca volviéndose agua, al sentirse hambrienta en esos momentos,y no por comida.

« Se sabe que la quieres, ya sea debajo o encima tuyo, como más gustes »

Volvió a sacudir su cabeza, desplojandose de la ropa que tenía puesta, y encendiendo la pluma, dejando poner lo más caliente posible,  para meterse en esta, mientras algunos pensamientos recorrían su mente, sentía el agua calentar infernalmente su cuerpo,pero a ella no le importaba, luego de ponerse el jabón, se quedó debajo del agua, hasta que está se pusiera fría, para luego salir.

Al salir, se encaminó al cuarto con lo toalla a su alrededor, buscando una blusa manga larga, y ropa interior, una vez se puso la ropa, se arrojó a la cama, observando el techo, mientras aún mantenía los pensamientos en una cierta peli-azul, y en lo que había ocurrido esa mañana.

– Le hice daño, aunque no lo hubiera querido mostrar – Calle comentó para si mismo, al recordar las lágrimas que se le estaban formando en los ojos a la chica.

Llevo una mano a su boca, al sentir un nudo en la garganta – Me odio tanto – Se murmuró con molestia, sintiendo sus propios ojos aguarse, comentando un sollozó casi inaudible. Junto con sus lágrima, fue callendo en las manos de Morfeo quedándose dormida al momento.

Sebastián había llegado unos horas después, un poco borracho, pues había salido con los amigos y un par de chicas. Al entrar se sintió extrañado al no ser recibido por la castaña, caminando entre tambaleos hacia la habitación, encontrándose con la chica aún dormida, con sus piernas expuestas excitando lo con dicha imagen. Hizo desaparecer la distancia entre ellos, mientras se quitaba la ropa, inclinándose para besar a la chica en el brazo, subiendo hasta depositar un beso en la mejilla de esta.

Calle dejó unos cuantos murmullos molestos escapar de su boca, al sentir el indeseado contacto. Sebastián se trepó encima de la chica, moviendo la para que quedar boca arriba y pudiera verla mejor. Sus ojos escanearon el cuerpo de la chica, antes de que algo de rabia lo invadieran, sin pensarlo golpeando a la chica en la mejilla, haciendo que está se despertara de golpe.

– ¡¿Pero que mierdas te pasa a ti?! – La castaña grito, empujando al chico de encima de ella, haciendo que este cayera al suelo.

Este bufó – ¡¿QUIEN CARAJOS TE HIZO ESA MARCA?! PORQUE DE SEGURO NO FUI YO – Este grito furioso, viendo la marca que la chica tenía en el cuello, un chupón color rojo.

Calle llevo su mano al cuello – ¿Esto? ¡HUBIERAS PREGUNTADO ANTES DE GOLPEARME! ME QUEME CON LA PLANCHA, MALDICIÓN, AHORA SE QUE NO ME PUEDO ARREGLAR NI EL CABELLO – Está grito furiosa, tomando su almohada – Ni siquieras pienses que hoy vas a tener algo de mi – añadió entre dientes, caminando por el lado del chico.

– ¿A dónde te crees que tú vas? – este comentó, furioso, aguantando a la chica por un brazo con fuerzas.

Calle iba a comentar pero al ver el rostro del chico, sus palabras se esfumaron, y el miedo la invadió.

2/5

11:11 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora