Capítulo 44: Zumbidos de gozo

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No manchen >:v yo tan emocionada por los dos capítulos de ayer, y casi ninguna comentó 😭🙄 uy si claro, como no había sangre, ni sexo, ni nada violento 😂 después no digan que son santas o que soy muy violenta >:v una galletita a los que comentaron 🍪 y un corazoncito 💓 :3 (momento dramático terminado)

Calle asintió levemente, llevando la mirada hacia el techo mientras dejaba que sus ojos se cerraran queriendo sentir cada roce que la mayor le otorgaba.

Poché a pesar de que no era la primera vez que lo hacían, se sentía nerviosa, dejando que sus roces fueran algo torpe, mientras agarraba la ligera tela de la camisa y la iba elevando, dejando húmedos besos por todo el abdomen de la chica. Sintiendo como la menor se estremecía al frío tacto de sus labios en la piel. La peli-azul sonreía con cada beso otorgado hacia el cuerpo ajeno, pues este respondía con una leve inclinación hacía ella, mientras su compañera dejaba emitir pequeños zumbidos de gozo.

La camisa conoció el frío suelo, al ser arrojada a este una vez fue desprendida del cuerpo de la menor, dejando exponer nuevamente el pecho de esta, cuya piel blanca ahora se encontraba manchada con pequeños puntos rojizos desde donde terminaba el pantalón, dispersos hasta llegar a su mentón.

– No me dejes tantas marcas – Calle se negó, pero a pesar de que era una negación, de sus labios salió como un ronroneo, una pequeña nota que decía todo lo contrario.

Poché levantó una ceja con una sonrisa juguetona – ¿Segura que no quieres que deje mi marca... Por más sitios? – Comentó con un tono coqueto, mientras dejaba que una de sus manos rozará el muslo de esta, casi llegando a la entrepierna antes de curvear solo dejando que un dedo tocará la feminidad de la chica.

Calle aguanto la respiración por unos micro segundos, quedándose estática al sentir como un escalofrío, levantaba cada vello que se esparcía por su cuerpo. Llevo sus ojos a la pequeña que se encontraba sentada encima de ella, y sin pensarlo más dejó que sus manos serpentearan por su pequeña cintura, atrayendo la hacia donde ella.

Evitando contestar esa pregunta, dejó que sus dientes hicieran contacto con el hombro de la menor, dejando que estos se introducirán sutilmente, dejando una visible marca.

– Lo tomaré como un sí – Poché ronroneo, despegando se un poco, viendo la cara sonrojada de la menor quien miraba hacia el lado, intentando evitar verla a los ojos.

Sin desperdiciar más tiempo, llevo su mano en dirección al ajuste del pantalón, desabrochando lo y empujándolo hacia abajo. Capturó nuevamente los labios de la chica en un beso, antes de levantarse de la cama, quitándose su ropa de una manera provocativa, para luego de que terminara con esa tarea, tomará el pantalón de la menor y lo quitará.

Volviéndose a remontar en la menor, dejó que su miembro quedará entre los muslos de la chica, tentando a la menor por la ropa interior que aún tenía puesta. Mientras daba leve movimientos con su cintura para que este hiciera más contacto, dejando que la castaña gruñiera en anticipación.

– Deja de bromear o me largo – La castaña gruñó, la desesperación apoderándose de ella, al sentir la dureza de su compañera entre sus piernas.

Poché sonrió victoriosa, relamiéndo su labio inferior, llevando una mano hacia la entrepierna de la castaña – Oh mi cielos, pero mira que mojada estás – Comentó en un tono ronco, extrayendo sus dedos, dejando que la menor observará su propia esencia, al dejar ver qué estos estaban brillosos de un líquido.

Calle gruño con más frustración y vergüenza, cubriéndose los ojos con las manos. La peli-azul dejó salir una sonrisa de admiración, al percatarse que hasta las puntas de los dedos de la menor había tomado un color carmesí.

Sin más, se inclinó depositando un beso rápido en la nariz de la menor, para luego terminar de quitarle lo que le quedaba de ropa. Llevo su miembro nuevamente a la entrada de esta, dejando que entrara suavemente a su interior, causando un jadeo sorprendido salir de la boca de la menor. Pues a pesar de que era algo que quería, cuya acción no era avisada.

Poché dejo parte de su peso en cima de la castaña, esperando que esta volviera en si, ante la sorpresa. Una vez la castaña subió sus brazos acorralando el cuello de está, para atraerla a un beso; largo y profundo, el cual fue recíproco. La peli-azul comenzó a mover sus cinturas, hacia atrás y para al frente.

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