Entre su desesperación había tenido una discusión fuerte con el padre, pues este le había negado la búsqueda de tal escoria, como le había dicho el Rey, además de que igualmente dejo salir a la luz, la información de que "los hijos de la naturaleza" se había desaparecido junto con aquel bosque.
Hakim salió del palacio, en negación a lo escuchado, recorriendo las calles de aquella aldea que despreciaba con una pasión. Entre callejones, se encontro con un establecimiento peculiar, que no tardo en darle curiosidad al joven. Observo la puerta de madera, con un cartel en un idioma que no podía, ni pronunciar.
La puerta se abrió con lentitud, dejándole paso al joven, quién sin explicación entro al lugar con cautela, observando a su alrededor. Este tenía estanterías repletas de libros oscuros, con varios frascos dispersos entre ellos, uno que otro collar colgaba de las paredes, mientras el olor a vela cubría el ambiente.
"Las almas perdidas son las únicas que descubren un lugar tan oculto entre la oscuridad" repitió una voz ronca y femenina, con un toque de antigüedad.
El chico observo como una señora salía de entre unas cortinas que dividían la habitación. Entre una platicó, Hakim le comento de su primer amor, a la vez que le pedía ayuda a la dama.
Esta sonrió, tomando un cabello del muchacho, mientras desaparecía entre las cortinas, segundos luego regreso con una navaja entre sus manos.
"Una palabra malcaras tu alma, y a tu otra mitad abras de encontrar, si tan sincero es, ha de permanecer... Pero cuidado, que si falsa a de ser, tu vida entregaras" comentó la señora, dándole así un empujón fuera del local.
Hakim, quien confundido aún se encontraba, decidió voltear para volver a preguntar. Este abrió los ojos atónito a lo que presenciaba, pues la entrada ya no se encontraba donde alguna vez la vio.
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Fanfiction» La mente juega sucio, junto con el corazón, en momentos más inoportunos, o en momentos más tranquilos « Una chica fue lo que bastó para que la mente de la castaña, empezará con sus juegos.
