A pasado una semana desde que Poché se despertó entre aquellas paredes blancas del hospital, con la imágen de una Calle adormilada, sentada entre sus piernas; quien al momento de darse cuenta de lo que estaba ocurriendo comenzó a llorar, moviéndose hacía al frente para presionar su cuerpo contra el de la mayor, sollozando en su pecho al abrazarla.
En el momento actual, la peli-azul se encontraba en la cama de su hogar, despejada de su ropa, mientras sentía en calor ajeno que emanaba una pequeña castaña, y se dejaba abrazar por la comodidad del colchón, ambas permitiendo que su desnudez se rozarán en sinfonía.
El tararear de una melodía suave, se escapaba de entre sus labios, al contemplar la tranquilidad de su entorno, dejando inconsientemente que sus dedos se entrelazaran por el cabello suave y bien cuidado del la pequeña; quién suspiraba complacida, y satisfecha.
- Te amo - Susurro la peli-azul con nerviosismo; pues las veces que había pronunciado dicha frase, jamás se le era recíproca, y la pequeña se escapaba de su campo de vista. Llevando sus ojos hacía el rostro de la castaña, quien al escuchar dichas palabras, se acerco más a la mayor, escondiendo su rostro en el cuello de esta, percatándose de la leve sonrisa que se le formo a la chica en los labios, en plena acción.
El momento para la pareja era perfecto, e inocente, a pesar del momento caluroso que habían tenido minutos antes; solo teniendo de testigos la luna, que con su rayos de luz las bañaba, iluminando la oscura habitación, permitiéndole un ambiente más agusto a la situación, y la cama, que le brindaba la comodidad para desprender de su cuerpo el afán que sentían por su amante.
Se encontraban sumergidas en un ambiente enternecedor y tranquilo, solo disfrutando de la cálidez y seguridad que la otra otorgaba, pues ambas llevaban tiempo sin apreciar dicho cariño.
Era medía noche, cuando su tranquilidad fue nuevamente interrumpida por una inquieta Hoffman, quién entró a la habitación sin tocar, a pesar de ser algo que ella reconocía como falta de respeto.
Poche se incorporó rápidamente, siendo espantada por la imprudencia de la mayor, preparándose para llamarle la atención, pero sus palabras fueron atrapadas en su garganta, al sentir como un nudo se le formaba en esta, y un giro de mal gusto se le daba al estomago.
Hoffman no pudo ni articular una palabra, cuando aquella causante de dicha reacción en la peli-azul le ganará.
- Espero que me hayas extrañado - Se escucho la voz femenina de alguien, quién mantenía una sonrisa macabra y un tono travieso.
Poche hizo una mueca, entre miedo y frustración mientras arrojaba la tela suave que cubría su cuerpo, dejándolo expuesto para quién estubiera presenté, y busco su ropa interior por el suelo, junto con la ropa de su compañera.
- No eres bienvenida aquí - La peli-azul musitó entre dientes disgustada, mientras llevaba su vista hacía Calle, apenada a lo que estaba ocurriendo.
¡¡Holis Cahorritxs!!
Agradezco que me hayan acompañado en esta historia con las chicas❤🌈 y por su apoyo, ¡los amó! Los espero ver en mis otras historias 💘😝
Subiré una Nota de Autor, en la cuál explicaré porque la terminé.
¡Tienen que leer la Nota! 😂🤞 ya que se que muchos no leen esas cosas 🤷🤔‼
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11:11
Fanfiction» La mente juega sucio, junto con el corazón, en momentos más inoportunos, o en momentos más tranquilos « Una chica fue lo que bastó para que la mente de la castaña, empezará con sus juegos.
