Criss¿Una Druida De La Oscuridad?

Capitulo 15.

Mis ojos poco a poco se abren y con la vista borrosa veo el interior de una pequeña cabaña, me encuentro recostada en el piso, el dolor de mi cabeza es mínimo, mi cuerpo lo siento algo pesado al igual que algo desganado, me giro para ver el techo de la cabaña y noto que en mi cintura está rodeada por una cadena, la cual mantiene preso mis brazos contra ella.

Al sentirme más recuperada me aproximo a sentarme mientras observo a mi alrededor, la cabaña esta vacía, solo hay una pequeña mesa en donde reposa mi compañera y mi bolsa, las grandes ventanas me indican que es tarde, calculo como las cuatro o cinco de la tarde, siento mi mente algo ida, mi visión aun esta borrosa por lo cual dificulta mi campo de visión, después de un momento vuelvo a la realidad.

Yo: ¿Dónde me trajo aquel gusano?.- Digo al recordar el ataque de los Demonios, sin aviso la puerta de la cabaña se abre, dejando el sonido de los pasos del individuo hacer eco por toda la habitación.

-Nunca pensé que te volvería a ver Criss.- la ligera y demandante voz del individuo se me hace muy familiar,(¿Quién es?, ¿De dónde nos conocemos?), pienso mientras noto sus botas a pocos pasos de mi, pero en ningún momento levanto mi mirada para observarlo, ya que siento mi cuerpo muy extraño, es como si estuviera enferma de gripe o algo así.

-No hubo día que no pensara en ti, desde que me fui de la aldea, deseaba tanto poder regresar para seguir jugando con mi mejor amiga la del cabello de fresa.- Al oír eso una fuerte puntada me da en el corazón (¿Cabello de Fresa?, ¿Acaso Puede ser cierto?), ahí los recuerdos de unos años atrás vuelven a mi mente, de cuando tenía Cuatros años exactamente.

Me encuentro en los profundidades del bosque, no muy lejos de la aldea se encuentra un cultivo de moras grandes, coloridas y muy deliciosas, las mejores del bosque a mi parecer, Con mi pequeña canasta voy recogiendo las que considero más grande para llevar a casa y que así mi madre me prepare un delicioso pastel de moras,( De niña solía usar vestidos de color blanco, ya que al ser la Primera nieta del Sabio de la aldea tenía que representarlo como algo puro, y bueno que mejor que con el color blanco lo que detestaba, también detestaba las zapatillas cada vez que tenía la oportunidad me las quitaba y corría descalza por todos lados, gracias a eso me llevaba mis regaños, lo se, desde niña he sido algo rebelde).

Al Terminar de recoger las moras para irme, de repente de los arbustos sale un niño flaco y super sucio ( ¿Acaso no conoce lo que es el agua?) pienso mientras que ambos hacemos un pequeño contacto visual, al momento que él nota mi presencia, observo que en su cintura lleva una bolsa ful de fresas, la cual de la nada deja caer al suelo para acercarse a mí a toda velocidad, yo no sé cómo reaccionar y lo único que hago es quedarme quieta, el niño ya al estar a un paso de mi toma una gran cantidad de mi larga cabellera en sus pequeñas manos sucias para olerlo, y luego coloca una sonrisa es sus labios, yo del susto impacto mi puño entre sus piernas y este al sentir el dolor cae al suelo, yo tomo la canasta entre mis brazos y con mucho enojo lo miro para decir.

Yo:¿Pero que crees que haces?, ¡Eres un niño muy extraño!.- digo enojada y demandante.

El Niño: Lo La..mento.. pe..ro tu Cabe..llo...

Yo: ¿Qué pasa con mi Cabello?.-Le respondo arrogante mente.

El Niño: Es del color de las fresas.. ¡Me encantan las fresas!.- me responde muy sonriente, yo me quedo paralizada mirándolo, ya que es la primera vez que alguien dice que le gusta mi Cabello, todos en la aldea lo detestan.. yo muy apenada me acerco a él y le ofrezco mi mano para ayudarlo a levantarse.

Yo: Perdóname, Me llamo Criss , ¿Cuál es tu nombre?.- En ese momento la calidez de una mano tomando mi mentón haciéndome que  volver a la realidad.