¿Me estoy enamorando?

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Después de aquel beso que me di con Matthew no he vuelto a saber nada de él, no se ha aparecido por el bar, ni siquiera me lo he encontrado, han pasado exactamente dos semanas y ya lo extraño.

Recordar ese beso tan dulce, que hizo que mi cuerpo sintiera sensaciones que jamás había sentido por alguien, mi corazón latía desesperadamente, ¿Qué me está pasando?

─Meli ya es hora de salir a trabajar─ entran a mi camerino

─Gracias mí querida caro ya salgo─ suspiro, me miro en el espejo y salgo hacer lo que toda mi vida he hecho atender a esos cochinos clientes.

Por suerte no me toca hacer el show principal, estoy aburrida de eso. Estoy aburrida de toda esta mierda, salgo del bar y la brisa fría de los Angeles me recibe en la fría y oscura noche, me abrazo a mí misma estoy toda descubierta. Sigo pensando en Matthew ¿Por qué no habrá venido a rescatarme todas estas noches como lo ha hecho? ¿Le habrá pasado algo? Alejo los malos pensamientos de mi cabeza y sigo contemplando la noche es mejor estar aquí, que allá adentro con esos tipos desconocidos.

─ ¿Qué haces aquí afuera? Deberías estar trabajando, para eso te pago─

─Calma Jack, solo estoy tomando algo de aire─

─Deja de perder el tiempo y ve a trabajar─. Me toma del brazo fuerte

─ ¡Joder Jack me lastimas! ─. Me libero de su agarre─ ¿Hasta cuando estaré aquí metida? ¿Hasta cuándo me trataras como una prostituta? ─

─Hasta que a mí se me dé la gana, deja de comportarte como una niña y ve a trabajar, los clientes preguntan por ti, así que ve y mueve ese trasero─

Entro hecha furia, odio este maldito trabajo, lo odio. Maldigo el día en que nací, maldigo a Jack, Maldigo a mi madre, maldigo a todos. Cierro con brusquedad la puerta de mi camerino.

─ ¡¿Dónde demonios estás Matthew, te necesito?! ─

Tomo mis cosas y salgo por la puerta trasera del bar, necesito de Matthew, necesito de él. Tomo un taxi y doy la dirección de Matthew, sé que no he avisado ni nada pero necesito verlo. No toma más de 30 min en llegar, pago y bajo del taxi. Ahora que lo pienso fue mala idea venir sin avisar, pero ya estoy aquí así que iré hasta su Penthouse, subo por el elevador, las puertas se abren y mi corazón comienza a latir, Mónica es la primera en aparecer y con un cálido abrazo me recibe.

─ ¡Meli! Que gusta verte pero, ¿Qué haces aquí? ─

─ Vine a ver a Matthew, ¿Se encuentra? ─

─Oh! El señor Matthew esta...─ la interrumpe una voz femenina que para mi suerte la conozco.

─Mi futuro esposo está en su despacho ¿Para qué lo necesitas? ─

Duele lo que acabo de escuchar pero no lo creeré hasta que el propio Matthew me lo diga

─ ¿Te comieron la lengua los ratones? ¿Para que necesitas a Matthew? ─

─Lo que necesito de él no te importa─

─Mide tus palabras antes de dirigirte a mi ¿A caso no sabes con quien estas hablando? ─

─No eres nadie importante, no para mi─

─ ¿Cómo te atreves hablarme así de esta manera? zorra─

─Zorra su abuela, ¿usted quien...─

─ ¿Qué está pasando aquí? ─ Esa voz... su voz.

Me quedo paralizada al verlo, aún sigue con su ropa formal, su corbata toda desarreglada, su cabello alborotado y sus ojeras muy notables, se nota muy cansado.

─Sucede que esta vino hasta aquí para insultar─

─ ¡Melissa! Me llamo Melissa, Matthew disculpa la hora y por no avisar─

─No hay problema, pasa a mi despacho, Mónica tráele algo de tomar a la señorita─ ¿Señorita? ¿En serio lo dijo?

Paso a su despacho, es bastante grande, paredes blancas, decoración sencilla pero elegante, un gran cuadro familiar detrás de su escritorio, una mini biblioteca y muebles color café hacen juego con la decoración.

Mónica se hace presente y deja en la mesa una limonada, se retira y vuelvo a estar a solas con Matthew. El ambiente se vuelve algo pesado, ambos estamos en silencio, mi corazón late rápido, mis manos sudan al extremo, ¿Qué carajo me pasa?

─ ¿Sucedió algo Melissa? ─ Habla para romper esta tensión.

─Ehm... Yo solo quería saber de ti, han pasado 2 semanas desde la última vez que te vi─ tomo un poco de limonada

─He estado trabajando mucho─ suspira y se sienta en su escritorio. No he tenido tiempo para nada─

─Creo que deberías descansar, no te noto nada bien, hasta tienes ojeras─ le digo preocupada.

─Gracias por preocuparte─ Nos quedamos viendo, mi corazón se acelera.

─Yo solo vine a saber de ti, es mejor que me vaya─

─ ¿Solo viniste a eso? ─

─Te extraño Matthew─ ¿Acaso mi boca no puede quedarse callada?

Su silencio me dolió, pero no lo puedo demostrar─ ¡Buenas Noches! ─ me dirijo hacia la puerta,

─Melissa─ su voz me detiene. Volteo con la esperanza que me diga que también me extraña, pero esa esperanza se va al escucharlo hablar.

─En un mes me caso con Brenda─

Me cuesta asimilar lo que Matthew me acaba de decir, ella tenía razón, sí será su futuro esposo, Al final si se casara con ella, Duele mucho, duele. Pero ¿Por qué? ¿Me estoy enamorando? O solo estoy mal interpretando ese beso y su buen trato hacia mí, él ya no me mira, tiene su mirada puesta en su escritorio.

─Que bueno Matthew, te deseo lo mejor─ digo en tono frío

Su mirada vuelve a hacia mí, me refleja tristeza y algo más que no se descifrar

─Gracias... ─

─ Que tengas buenas noches, ya debo irme─

─ ¡Espera! ─

─ ¿Si? ─

─Deja que uno de mis choferes te lleve hasta tu casa─

─ No te preocupes, puedo tomar un taxi muchas gracias─

Sin esperar más salgo de su despacho, me despido de Mónica pero Brenda se vuelve aparecer en mi camino.

─Hasta Luego Melissa, espero verte pronto, querida─

Ignoro lo que me ha dicho y salgo del lugar, ya no quiero estar aquí, bajo por el ascensor, las lágrimas salen sin parar, duele, duele demasiado y no sé porque, si no tuvimos nada, solo fue un simple beso.

Del Infierno a la tierra [Completa ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora