Capítulo 13: Diosa del fuego y la poesía.

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Martina's POV.

Hace media hora estaba en llamada con Sofía. La verdad es que más allá de Dylan y querer acercarme a él por mi rencor, ella me caía bastante bien. Era como si teníamos química. Nuestros intereses eran bastante parecidos, mejorando así la facilidad de hablar con ella.

Estábamos hablando del cumpleaños que le festejaron a ella a principio de año.

—Y entonces me terminé cayendo en la zanja —rió—. Imagínate, estaba con huevo, harina, caca de perro, la mezcla esa rara y zanja encima. ¡El olor, por favor! —carcajeé.

— ¿Cuánto tiempo tardaste en quitarte esa baranda? —pregunté divertida.

—Unos tres días. Me parece que incluso me mandaron pis en ese líquido raro —reí—. Hablando de cumpleaños, ¿qué le vas a reglar a Dylan? —fruncí el ceño.

— ¿Regalo? ¿Dylan? ¿Qué? ¿Cuándo? Nadie me dijo nada —conté un poco aturdida.

—Es este fin de semana, nena. ¿Enserio no te lo dijo? Creí que sí, como son tan unidos...

—Bue, tan unidos, creo que estás exagerando un poco —solté una pequeña risa.

—Bueno, más o menos. Se llevan bien, bastante bien. En fin, ¿vas a ir? Seguro va a estar la abuela Niyati. ¡Es una ternura! Tenés que conocerla —habló ilusionada.

—No creo que vaya —espeté.

— ¿Qué? ¿Por qué?

—Dylan no me invitó.

— ¿Y eso qué? Caes conmigo —reí un poco.

—No le caigo bien a tu mejor amiga y... Creo que tampoco a Cedric —hablé recordando aquél sábado.

—A Cedric le cae bien toda la gente buena, y vos hasta ahora lo sos. Además, no importa si incluso no le agradas a la madre, lo que importa es cómo le caes a Dylan. Y todos sabemos que se llevan bien.

—No sé, Sofi, voy a sobrar ahí.

—Mentira, le vas a hacer el día a Dylan —sonreí un poco—. Dale, es el domingo. ¡Y que sea sorpresa! Él no tiene que saber que vas, ¿ok?

— ¿Ok...? —respondí algo dudosa.

—Y no te prepares demasiado, es algo familiar. Siempre lo es. Sólo va la gente que es más importante.

— ¿Ves? Sobro ahí.

—Ay, nena. Enserio aún tenés mucho que aprender. En fin, me tengo que ir a bañar, ¡te dejo!

Cortó la llama, dejándome algo preocupada. "No te prepares demasiado, es algo familiar", ¿qué demonios significaba eso? ¿Me decía indirectamente que no vaya provocativa?

Suspiré y tiré el celular en la cama, me levanté y caminé hacia el ropero.

«Es algo familiar.»

¿Qué se supone que haga con esa información?

Llamé a Nicole.

— ¿Estás trabajando? —le pregunté cuando me respondió.

—No, hace una hora salí —contestó—. ¿Qué pasó?

— ¿Podes venir a casa?

Podría ir yo a la suya, pero eso pasó la última vez.

La esperé mientras revisaba mi ropa. «Algo familiar, algo familiar, algo familiar» me repetía.

Cuando llegó le conté lo que había pasado hace unos minutos.

Mi mala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora