Capítulo 10

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Dos meses habían transcurrido desde el secuestro de Jimin, y hacía tres semanas que Chang no había vuelto a casa, Jungkook no le dio importancia a su repentina desaparición ahora sabía el dominio y el miedo que ejercía en él.


De algún modo eso lo satisfacía.

Las cosas con Jimin  a veces se tornaban tristes, no podía soportar verlo llorar, así que huía cobardemente, sintiéndose mierda, pero cada vez que regresaba este le sonreía y olvidaba las discusiones esa parte lo hacían sentir mucho peor, al parecer Jimin perdonaba fácilmente.

Habían días en los que todo era tranquilidad y sonrisas, como ese día.

- Me gustas - soltó el pelinegro mirándolo con devoción, Jimin se estremeció, aquella confesión abría el paso para ser sincero con sus sentimientos también.

- Tú también me gustas~ - Jungkook sonrió - me recuerdas a alguien que tenía una sonrisa igual a la tuya - el pelinegro dejó de sonreír, eso no le gustaba.

-Así que te gusto, porque te recuerdo a alguien - respondió con voz áspera, golpeando la lengua contra el interior de su mejilla.

- No exactamente, me recuerdas a un niño que conocí, cuando yo también era un niño.
Dijo mientras besaba la mejilla del mayor para quitarle ese ceño fruncido por los celos.

- Para mi sigues siendo un niño - Jimin frunció el ceño enojado, el pelinegro se carcajeo, por lo adorable que se veía.

- ¡No te burles de mi~!, por mi estatura, tengo 16 años, soy todo un adolescente. - replicó con brazos cruzados.

- Para mi, sigues siendo un bebé - dejo un beso en la punta de su nariz.

- Dijiste que era como un niño - dijo en un puchero sonrojado.

- ¡Nop!,  ahora eres como un bebé,  mi bebé. - Jimin apartó la mirada avergonzado.

- ¿Enserio me quieres?- preguntó jugando con sus dedos, Jungkook sonrió entre suspiros, levantó el mentón de Jimin, para mirar sus ojos dorados, que le fascinaban.

- Nunca sentí algo así,  cálido en mi corazón, algo que sólo siento contigo - un leve recuerdo apareció en su mente, alguien lo abrazaba y le sonreía, un recuerdo borroso, pero era cálido, sabía que era un cariño distinto.

- Esa cicatriz en tu mejilla, ¿Cómo te la hiciste? - señalando con su dedito la mejilla izquierda del pelinegro.

- Jugaba con mi hermano, quería llegar primero al computador, resbale... y caí - mencionó sorprendido de recordar el porqué de su cicatriz.

- ¿Tienes un hermano?, ¿Cómo se llama? - pregunto curioso, era la primera vez que el pelinegro hablaba con él, sobre su vida familiar.

- No lo recuerdo, su nombre o su rostro, es borroso, de hecho no suelo pensar en ello, en algún momento de mi vida los olvide.

- Tu mamá se llevó a tu hermano y tú te quedaste con tu padre aquí - razonó inocentemente Jimin.

- ¡No!, ¡Chang no es mi padre!, el es....el es nadie. - dijo asqueado de  la idea.

- Entonces perdiste a tu familia y él te adoptó.

- Tampoco, yo se que tengo una familia, recuerdo que tenía un hermano mayor y padres. - añadió, aún un poco confundido con su descubrimiento.

Jimin no podía entender y no podía concentrarse estaba inquieto con el aliento del pelinegro, en su cuello, le hacía sentir extraño. Un cosquilleo en todo su cuerpo.

- Yo tengo un hermano menor  y mis padres, por cierto, ¿Cuántos años tienes?. - pregunto intentando  alejarse del azabache, más este lo aprisiona más contra su pecho.

- Tengo 17 años, ¿Tu  tenias amigos? - pregunto Jungkook, muy cerca del oído del rubio, jugando con su nerviosismo.

- Si,  un mejor amigo, era mayor que yo, el tiene 19, se llama Taehyung - explico aun removiendo se para evitar la cercanía del azabache, se sentía muy susceptible por los roses.

- ¿Taehyung?, ese nombre me parece conocido - tenía una cierta curiosidad, ese nombre lo había escuchado en algún lugar, sonaba tan familiar.

- Debes de haber escuchado de él, es actor, y sale con un rapero llamado J hope.

- ¡J hope!, hablas de ese rapero que canta Day dreaming. - dijo emocionado.

-  Sip, es él, lo conocí el verano pasado, fui VIP en su concierto, ya sabes Tae tuvo entradas especiales y me llevó a hacer mal tercio, además ¿Cómo es que no sabes de Tae?. - pregunto desconcertado.

- No suelo ver novelas, así que ¿conoces celebridades?.

- No muchos, solo los que Tae me ha presentado, aunque el aún sigue estudiando, sus padres lo apoyan, pero quieren que tenga un título en administración, por el negocio familiar. Ellos son geniales, su padre es doctor y el otro es un prestigioso empresario, tienen una sociedad con mi padre. Eran padres de Kookie .

Jungkook frunció en ceño.
- Sabes me siento celoso de ese tal Kookie - dijo el pelinegro arrugando su nariz.

- Bueno, el un día desapareció,  no lo he vuelto a ver. - mencionó con cierta nostalgia, Jungkook lo noto.

- ¿Lo extrañas? - le pregunto mirándolo a los ojos, pero estaba hipnotizado con el movimiento de los labios de Jimin, así que no prestó atención a lo que dijo el rubio. Y es que cada vez que lo mencionaba sentía unos celos inmensos, quería encontrar a ese Kookie y darle una paliza.
Que irónico.

- Creo que si, se siente como si tú fueras el, es imposible lo se....- dijo rodando los ojos, cuando el pelinegro lo interrumpió.

- Quiero besarte, quiero besarte de verdad - Jimin se quedó sin aliento, el pelinegro no apartaba la mirada de sus labios.

- Bésame - dijo el rubio e inconscientemente pasó su lengua por sus labios humedeciendo los.

El espacio se redujo, acercaron su rostros tímidos, presionaron sus labios, sus ojos cerrados y el corazón golpeteando en sus pechos, sonrieron al unísono, sin saber qué hacer.

- No se como hacerlo - dijo en voz baja el pelinegro sobre los labios de Jimin.

- Yo tampoco - susurro tímido . Sin alejarse del contacto y el rose  de sus labios.

Tentativamente tomó el labio inferior de Jimin entre los suyos, tomó un poco más en un movimiento más sutil, torpemente se besaron, hasta que encontraron un ritmo acompasado, experimentaron el placer, el roce de sus lenguas, gimiendo al unísono.

Los labios de Jungkook tomaron el control en aquel beso, sentía que no podría parar, pero el aire se agotaba, sonrieron.

- Se siente tan bien - mencionó tímido el rubio.

- No quiero parar  - susurro Jungkook embelesado en los labios rojos e hinchados de Jimin.

- Yo tampoco - se volvieron a besar más lento pero igual de intenso y placentero.
Sintiendo el sabor de cada uno, las sensaciones que sus cuerpos empezaban a sentir, el roce de sus manos sobre la piel que inquietas se paseaban, todo era nuevo y adecuado.

Aunque no lo habían dicho los dos estaban completamente enamorados.

Cuando Estuve En Tú LugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora