Capítulo 16

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La carga emocional de sus sentimientos, les permitió ser ciegos y sordos a la maldad que los observaba, estudiando cada detalle de sus vidas, acechando sin remordimientos, ni pudor.

Solo esperando. Deseando dañar, herir.

Chang en su mente enfermiza sintió celos y rabia de ver a Jungkook sonreír y ser feliz, con aquel pequeño rubio, él nunca le sonrió asíy eso le hería, eso lo hacía rabiar hasta desquiciar se, quería con muy mala intención acercarse a Jimin, había empezado a obsesionarse con el pequeño rubio y Choi apoyaba esa teoría de conspiración. ¿Que veía Jungkook en ese pequeño?.

Relamía sus labios, también quería probar, quería ser poseedor de una piel tan tersa, quería oír gritar a ese pequeño que estaba volviéndose loco, siempre le habían gustado los de cabello negro, todas sus víctimas tenían eso en común, pero el rubio contrario a sus gustos, despertaba un frenesí, que lo estaba llevando a la locura.

Además, quería vengarse  de Jungkook, ante sus ojos, besar y tocar a otro que no fuera el, era una traición, sabía que ya no tenía al pequeño Park encerrado en el sótano, los había visto salir de casa en las noches, besarse, correr agarrados de la mano como una pareja, el era su sombra, los perseguía,  los acechaba, pisaba cada huella o rastro que dejaban, los observaba, atento, mientras hacían el amor, cuando se iba el pelinegro hasta la hora que regresaba, lo tenía en casa, en SU casa. Usurpando su lugar, no iba a permitir, que estuvieran por más tiempo juntos, el los separaría.

Tenía un plan, cuando Jungkook se haya ido, entraría le haría daño a Jimin, lo destrozara,  se encargaría de dañar su piel, de destruirlo de marchitar lo,  por haber obtenido,  todo lo que le pertenecía a el,  Jungkook era suyo, y cuando el pelinegro llegará,  sólo encontraría un cuerpo, sin alma, sin vida, sin inocencia, sin amor.
Llamaría a la policía,  y ellos no tardarían en culpar al pelinegro y se desharía  de él, si no iba a ser para él, no sería para nadie.

Era escalofriante, y solo tenia que esperar . Estaba ansioso por desatar su despiadado instinto.

La mente de Jimin volaba, todo era tan nítido, sus sentimientos, el amarlo y ser amado, su atmósfera era el aura de miles de nubes algodonadas y la frescura de una brisa tibia, promesas, habían muchas, pero el pelinegro le había dicho que lo llevaría con su familia, inventaría alguna excusa, o simplemente optarán por decir la verdad, pero el azabache  iría con el, no importaba si luego de eso, lo vieran como un infantil enamorado, si no aceptaban su amor, entonces estaban dispuestos a escapar, irían al fin del mundo, construyendo barreras para protegerse y permanecer juntos, por siempre siempre.

Una sonrisa permanente se dibujaba en su rostro y un rubor constante, cada vez que recordaba su noche con Jungkook, las del día siguiente y el siguiente, y los que vendrían.

Esperaba impaciente rodando por el colchón como un cachorro y es que pensaba demasiado y disfrutaba de los mágicos recuerdos.

Sintió hambre, tomó la llave de la puerta y abrió,  el no sospechaba, el ni siquiera imaginaba, estaba en una burbuja que  lo volvía ignorante del peligro, fue hasta la cocina, tomó una manzana del cesto de frutas, escucho la puerta principal  abrirse, imagino al pelinegro regresando del trabajo, dijo que trabajaría hasta el mediodía y pasarían toda la tarde juntos, planearon  que decirle a los padres de Jimin por su desaparición.

Pero cuando salió de allí, la burbuja se reventó, la manzana que traía en sus manos cayó,  aquel hombre lo miraba con una aberrante lujuria, un escalofrío recorrió su columna, todo se congeló en el momento, su corazón,  su respiración,  incluso su instinto, sabía que debía correr y ponerse a salvo, pero estaba paralizado por el miedo,  ojalá él  estuviera aquí,  pensó.

Un sujeto que reconoció como el cómplice de Chang, entró , la manzana rodó a sus pies, este la tomó y la mordió obscenamente, el jugo cayó por su barbilla, podía ver una sonrisa siniestra, tenía que salvar su vida.

Y corrió, hacia la habitación del pelinegro,  nunca debió salir de allí, se recrimina,  escucho los pasos de ellos tras de él,  el pasillo parecía interminable, entro y en un respiro intento cerrar la puerta, pero la detuvieron, no tenía  tanta fuerza por más que la empujaba no lograba cerrarla, trataba de contener la única barrera que podía mantenerlo a salvo, pero sus intentos fueron nulos, cayó al piso cuando ellos empujaron la puerta con fuerza, se levantó y corrió hacia la ventana que estaba abierta, pero cuando se apoyó para saltar,  lo atraparon.

Gritó con todas sus fuerzas AYUDA quemando su garganta, pero una mano le impidió pedir ayuda, inclusive respirar, las lágrimas se desbordaba por sus ojos, el miedo lo hacía temblar y a pesar de que forcejeo y peleo, no podía salvarse, esto no está pasando, pensó constantemente en su cabeza, sintió una asquerosa lengua rozar su cuello, sintió auténtico asco, y sus fuerzas por luchar se renovaron, pero era inútil, todo era inútil.

El solo era un niño, luchando con dos demonios, sabía que perdería,  pero tenía que luchar.

La arrojaron al colchón descuidadamente.

- Por favor - suplico - no me hagan daño - sus palabras se atoraron entre sollozos - ¡AYUDA! -  grito otra vez,  pero nadie lo escuchó.

- Nadie va a escucharte, vas a ser nuestro - dijo Chang relamiendo sus labios disfrutando del miedo del rubio, amaba las súplicas, el temblor de sus cuerpos por el miedo.

Se abalanzaron sobre el, Noooo, gritó, pero su voz se apagó, cuando unas manos volvieron a tapar su boca y su nariz, asfixiándolo  casi aturdido por la falta de aire, escucho una cremallera bajarse, y otras manos tocarlo sin pudor, pataleaba, con sus manos intentó defenderse, golpeó como pudo la cara de Choi, pero este le devolvió el golpe, quedó apabullado, era como estar en una pesadilla, llenaron su boca  con algún trapo y ataron sus manos, sintió como arrancaban la ropa de su cuerpo hasta dejarlo expuesto, Choi lo volvió a golpear, podía sentir la sangre deslizarse por su rostro, quedó momentáneamente inconsciente,  todo era borroso.

Podía escuchar sus voces, imagino que aun seguía dormido, deseaba que todo fuera una pesadilla y que pronto despertara, el despertaria y nada de esto sucedia.

Pero sintió un fuerte y desgarrador dolor cuando fue brutalmente penetrado, grito, fue como volver a despertar y su pesadilla era real, todo sollozo fue amortiguado por la tela en su boca, quería despertar, eso no podría estar pasando, sentía mucho dolor, desgarrando lo por dentro, destrozandolo,  solo quería que se detuviera, que terminara, el quería despertar, pero cuando Chang  término, Choi lo penetró también,  unas manos se estrujaba en su frágil cuello y respirar se hizo difícil, lo estaban ahogando, y todo se volvió oscuro...

Cuando Estuve En Tú LugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora