Jungkook hacia el café, mientras miraba de reojo a Chang mover cosas y desordenar todo, como si estuviera buscando algo, él seguía allí pretendiendo ignorar lo que pasaba, pero pensaba en el niño del sótano, ahora que lo recordaba, parecía un adolescente de complicación pequeña, pero tenía una sensación extraña con respecto al rubio, como si lo conociera de alguna parte, sus pensamientos se esfumaron cuando escucho la voz de Chang.
- Jungkook has visto las llaves, del cuarto del sótano.
- No - contestó con voz fría e indiferente, como siempre.
- ¿Estás seguro? - volvió a preguntar, Jungkook regreso a verlo y no le quito la mirada de encima mientras negaba otra vez.
Chang percibió un mal humor en Jungkook, dejo de preguntar y siguió buscando desganado.
Hacía ya un tiempo, que Jungkook había dejado de ser un niño con problemas de nutrición, había empezado a desarrollar músculo, a pesar de ser un adolescente de 17 años, su complexión era de un adulto, no tan musculoso pero lo suficiente como para intimidar, aunque no se notaba tanto porque solía usar ropa con unas tallas más grandes que él, su rostro seguía siendo infantil y aniñado.
Chang podía notar el cambio físico en Jungkook, era incluso más alto, más fuerte, definitivamente tenía miedo de él, es por eso que lo había dejado de tocar, sabía que había creado un monstruo, su mirada era fría y seria, su voz era calma al hablar, tenía miedo de que lo enfrentará, ya no era un niño al cual podía manipular, sabía que era una bomba de tiempo, es por eso que decidió dejarlo tranquilo, lo evitaba la mayor parte del tiempo.
Sabía que Jungkook había cumplido todas sus promesas, confiaba en su silencio, aunque eso incluso Lo mantenía en incertidumbre, tenía un monstruo bajo su propio techo.
Había visto a Jungkook golpear a un chico mayor que él, por molestarlo, había sido sanguinario y despiadado, lo había enviado al hospital con varios huesos rotos.
Aunque parecía pacífico, sabía que tenía una paciencia limitada, ahora se arrepentía, debió deshacerse de él, cuando era niño.
Ni siquiera el entendió, el porqué había aceptado dejarlo vivo.Tomó la decisión equivocada y ahora tenía que vivir con ella.
No quería que Jungkook se enterara, del chico en el sótano era un negocio de secuestro extorsivo que había planeado con su amigo Choi.
Necesitaba dinero fácil, así que secuestraron al hijo del empresario Park Chanyeol.
Por ahora no pedirán nada, esperaría que pasara el tiempo, y su casa era el mejor lugar para ocultar personas, luego pedirán una gran suma de dinero por su vida.
Por ahora el rubio le daría dinero de otra manera, conocía los gustos de alguno amigos suyos, había hecho un video del rubio, para interesados, era muy bonito, muchos pedófilos le pagarían bien, iba a prostituir lo.
Él no tenía intención de tocarlo, tenía una obsesión con los niños con cabello negro y piel blanca, como Jungkook o el pequeño Suga, hacía un tiempo que no secuestraba a nadie, pronto tendría que buscar diversión.
Pero las malditas llaves no las encontraba, quizá por ahora debería dejar en paz al chico no tenía que llamar mucho la atención, iría a conseguir clientes para el chico.
Así que dando un portazo de frustración se fue de casa.
Jungkook vio desaparecer la camioneta al final de la calle, fue a su cuarto a sacar la llave de su escondite, sabía que Chang no volvería Hasta la tarde, así que iría a alimentar al chico.
Cuando entro vio al pequeño dormido con rastros de lágrimas en sus mejillas, lo miró detenidamente, era hermoso, abultadas mejillas, sus labios rosados y carnoso, sus ojos estaban un poco hinchados de tanto llorar.
Pero seguía siendo perfecto.
Le recordaba a él, cuánto deseo que fueran por él y lo salvarán, pero se había resignado.
Una parte de él deseaba poder sacar a ese niño y escapar juntos, pero una parte posesiva, quería mantenerlo aquí, con él, para siempre.
Sentía asco de sí mismo, por pensar eso.
Él no era un monstruo.
Él no era como Chang.
Él no era así.
Él no quería hacer eso.
Él no...
Destruiría así a un niño.Había reprimido ese impulso de querer aprovecharse del rubio, no le haría daño, se lo prometió a sí mismo, lo cuidaría, su palabra era honor, él jamás rompía una promesa.
Esos ojos dorados estaban abiertos mirándolo con miedo y una pizca de esperanza, empezando a llorar de nuevo.
- !Hey! No llores, no te haré daño- dijo con voz suave para que el pequeño se calmará y pareció funcionar, lo ayudó a sentarse.
- No grites, te lo quitaré - el retiro la mordaza mientras el joven lo miraba con tristeza, como pidiendo en silencio que lo soltará.
Le dio de comer en silencio, nadie hablaba sólo se escuchaba el masticar del pequeño. Jungkook sonrió con ternura su manera de comer era muy adorable.
Al terminar, el joven susurro un "gracias", el corazón de Jungkook se sintió cálido, enternecido y sonrió, ¿desde cuando no sonreía?, el no podía recordar, tampoco sabe porque tan espontáneamente empezó a jugar con el cabello del rubio, su cabello era tan suave lo acarició como a un cachorro.
-¿Cuál es tu nombre?- preguntó curiosamente.
-Park.....Park Jimin- susurro el rubio con un pequeño temblor en su voz.Suspiro profundamente mientras volvía a amordazar a Jimin quien se mantuvo en silencio con los ojos cristalizados, y se retiró cerrando la puerta con llave, él podía irse a trabajar, sabía que Chang no entraría, no podía sin llave, además no tumban la puerta era de acero reforzado, era imposible.
Nadie le podía hacer daño, no lo permitiría.
Aun cuando él estaba luchando contra si mismo y contra el monstruo dentro de él.
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Cuando Estuve En Tú Lugar
FanfictionDespués de ser secuestrado a temprana edad y sufrir abuso sexual durante 3 años en cautiverio, Jungkook hace promesas a su secuestrador, para salvar su vida. Promete no escapar y olvidarse de su familia... Con el paso de los años, Jungkook cumple ca...