Capítulo 1

4.2K 562 49
                                    

Nueve años después

Lo único que se le permitió recordar fue su nombre, aunque su apellido cambió, ahora era llamado Jeon Jungkook, huérfano y  sobrino de el sr. Chang.

Tenía leves recuerdos de sus padres y hermano, pero había olvidado sus nombres, sus rostros.

Paseaba con su bicicleta e iba al parque a jugar con sus amigos, Jaebum y Jackson.

Sentía una pizca de libertad, hace dos años que el señor Chang, ya no lo tocaba como solía hacerlo.

No asistía a la escuela y no tenía acceso a Internet, aprendió a leer y escribir con un anciano profesor retirado en el parque, el señor Lee, aprendió conceptos básicos en matemáticas, lectura, ciencias, incluso arte, era un amante del dibujo, tenía mucha destreza en el arte, aprendía rápido y era aplicado, con el tiempo, el señor Lee le permitió trabajar en la biblioteca que su familia administraba, ordenaba libros , limpiaba el lugar y tenía acceso a leer el libro que quisiera, ganaba su propio dinero.

Por lo general,  es muy reservado y cuando le hacían preguntas sobre su vida, solo los ignoraba o bien los evadía, era muy astuto y engañoso, solía manipularlos con su aegyo para que no insistieran.

No había roto su promesa.

Aun cuando fue testigo del asesinato "involuntario" de Chang, a un niño que había estado ocultando en el sótano.

Jungkook se sintió mal, se sentía culpable y como siempre cuando intento algo, fue demasiado tarde...

El pequeño Suga de tan solo siete años, estaba muerto y se habían deshecho de él, en el bosque,  sabía que nadie lo encontraría.

Ese pudo ser su destino.

Hizo una llamada anónima en otra ciudad,  cuando Chang lo había llevado de viaje de negocios ilegales, le había contado a la policía donde encontrar al niño, al menos sus padres le verían una última vez.

Cuando Chang se enteró le había dado una paliza, pero no lo mató, esa fue la última vez que lo tocó, desde entonces no llevó a más niños a casa, era un riesgo, había construido una cabaña en el bosque, donde llevaba a sus víctimas, Jungkook la conocía, él  lo había ayudado a construirla.

Su peor defecto y a la vez aliado, fue su silencio.

Ya era muy tarde, la señora Lee le había pedido que cerrará temprano, pero se había quedado leyendo y lo había olvidado.

Cuando terminó, cerró y subió a su bici de regreso a casa.

Vio la camioneta roja parqueada frente a la casa, mal estacionada con las luces  encendidas.
Entro y vio a Chang dormido en el sofá,  fue a la cocina a preparar un sándwich con un vaso de jugo era tarde y debía cenar ligero, camino hacia su cuarto y mientras cruzaba la puerta del sótano escucho gimoteos y sollozos...De un niño.

Suspiro profundo.

Esto no podía suceder, no otra vez

Se le erizo la piel, Chang lo había vuelto a hacer, había traído otro niño a casa, respiro profundo camino con cuidado bajando los escalones, la puerta de acero de un pequeño cuarto estaba entreabierto.

Muchos recuerdos vinieron a su mente, hacía mucho tiempo que no había vuelto a pisar el sótano, el lugar más cruel y traumático de la casa, se detuvo era como revivirlo todo, dio la vuelta tratando de ignorar los sollozos, pero simplemente fue imposible, se acercó, abrió un poco más la puerta, encendió la luz y allí estaba...

Un niño atado y llorando, era rubio, totalmente diferente a lo que Chang solía gustar.

Cautelosamente se acercó,  el niño tembló y apretó sus ojitos, quizá pensaba que era Chang.

- No grites - susurro en voz baja, el rubio abrió sus ojos y Jungkook quedó sin aliento, eran pequeños  tenían un brillo dorado, aquel niño era hermoso, quitó la mordaza de tela que rodeaba su boca.

-Por favor, ¡Ayúdame!, quiero volver con mi familia - pidió entre Sollozos el pequeño, Jungkook ignoró la petición.

- ¿Te hizo daño?- preguntó en su lugar.

Él negó con la cabeza, parecía vestido y no tenía moretones o algún rastro de violencia.

- Por favor, ¡Ayúdame!- volvió a rogar.

Jungkook volvió a colocarle la mordaza y salió de allí, no sin antes tomar la llave que descuidadamente había dejado Chang sobre una pequeña mesa.

El niño empezó a gritar, aunque sus gritos eran sofocados por la mordaza, solo lo ignoro.
Cerró la puerta con llave y la escondió.

Si Chang no tenía la llave, no le haría daño, pensó.

Intentaría protegerlo, no sabia como pero tampoco podía romper sus promesas, pero  hallaría el modo de mantenerlo a salvo.

Se convertiría en su protector.

Cuando Estuve En Tú LugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora