Esa mañana Hinata despertó sin ánimos de nada, solo abrió los ojos y los fijó en algún punto del techo de su habitación.Repasó lo que tendría que hacer ese día, remarcando el hecho de que tendría que tomar una cita con la omega del clan Ryosuka.
Suspiró y gimió abatida. Realmente no quería levantarse de su cama, sin embargo unos toques a su puerta le hicieron saber que quedarse ahí no sería posible.
—Adelante. —concedió sin ganas. Hanabi se asomó con una casi imperceptible sonrisa.
—Buenos días nee-sama.
—Buenos días. —murmuró sin moverse ni un solo centímetro de su lugar.
—¿Me acompañarás a comprar?— Hinata gimió tentada a negarse.
Hanabi arqueó una ceja y tomando vuelo corrió a lanzarse sobre su hermana, sacándole el aire en el proceso.
—Hanabi... —masculló tratando de recuperarse del impacto. La mencionada comenzó a patalear sobre ella molesta. —Ay, Hanabi, basta.
—Dijiste que irías de compras conmigo. —murmuró con el ceño fruncido.
—Lo sé, lo sé. —suspiró cansada. —Deja me visto y te alcanzo abajo.
La castaña asintió satisfecha saliendo de arriba de ella para caminar a la salida de la habitación.
—No tardes nee-sama.
—No tardaré, no tardaré.
...
Reprimió un bostezo mientras miraba a su hermana mirar con detenimiento unos kunai en el aparador. Arqueó una ceja al verla examinar dos de ellos que eran completamente iguales.
—¿Cuál llevarías tu nee-sama? —le preguntó pensativa.
—¿Cualquiera? —contestó dudosa. Hanabi la miró casi indignada antes de girarse y seguir observando minuciosamente las armas. Hinata sintió deseos de rodar los ojos, de verdad que no entendía esa personalidad tan detallista de su hermana.
Dejó a la castaña hablando con el vendedor y caminó por la tienda mirando los productos ninja que ahí había, tratando de adivinar porque la menor había escogido esa tienda y no la de la familia de Tenten, quien en su opinión tenía mejores armas al ser experta en ellas.
En medio de sus cavilaciones terminó chocando con un pequeño cuerpo que cayó al suelo. Asustada se apresuró a tenderle una mano.
—Oh dios, cuanto lo siento. ¿Está bien? De verdad lo lamento.
—No se preocupe, fue mi culpa. —susurró el pequeño muchacho de cabellos rojos levantando la mirada, unos bonitos ojos lavanda la recibieron. Hinata parpadeó confusa cuando al tocar su mano sintió un pequeño apretón en su garganta. Lo ayudó a levantarse, pero su cuerpo se negaba a soltar la mano de cortos dedos.
—¿Se encuentra bien, le he hecho daño? —preguntó más que nada para mantenerlo ahí junto a ella. Detalló confusa el bonito rostro niveo de mejillas rellenas, ojos grandes, labios gorditos y nariz de botón. El chico se agachó sin soltar el agarre de su mano y tanteó el suelo en busca de unos lentes que Hinata no había notado.
—E-estoy bien, de verdad no ha sido nada.
La alfa se apresuró a tomar los lentes y con una habilidad que incluso a ella le sorprendió se los colocó removiendo un pequeño mechón de cabello rojo. Se miraron a los ojos, agachados en el suelo con los rostros a menos de 30 cm de distancia.
Ojos perla y lavanda chocaron entre sí. Hinata no pudo evitar notar que los de aquel chico brillaron con un destello de reconocimiento.
—Mi nombre es Hinata. —murmuró sin dejar de verlo.
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Aceptame
Fanfiction"Aceptame, con mis defectos y virtudes, aceptame, porque nadie va a amarte de la misma forma en que lo hago yo." Hinata tiene que encontrar a un omega para desposar si quiere ser la líder de su clan, el problema es que la omega que ella quiere, no e...