Capítulo 11
¡Vengan, idiotas que soy a prueba de balas!
Las cosas entre Blake y Frankie se han arreglado. Entre Frankie y yo también. Blake y yo nos llevamos mejor. Y, em, Cole y yo, pues sin comentarios.
Tenía razón sobre Blake (¡el lo admitió!), no es el chico bueno que yo creo que Frankie se merece, pero al menos va a intentar serlo. No, Frankie y el no están saliendo, se están empezando a conocer (Oh, sí. Toda la mierda anticuada dispuesta por Mamá Heather se hará) y cuando les llegue el momento cursi de 'Si, es tan hermosa que no puedo dejar de verla, Cole.' y 'Es el indicado, Heather' y cuando Frankie deje de mirarse las puntas del cabello cada vez que lo vea pasar, y Blake no mire al suelo un segundo cuando la vea, bueno allí es cuando pueden declararse idiotas, perdón, enamorados.
Por cierto, el dato de Blake mirando a piso un segundo, fue brindado por Cole.
-No es que Blake sea tímido, pero ¡vamos!, todo chico tiene un segundo de duda -explicó Cole.
Luego le pregunté por su segundo de duda y arqueando las cejas, como siempre, me dijo que el era la excepción. Ja-ja, imbécil.
Me disculpé con Frankie y ella también se disculpó conmigo, luego me dio una larga charla sobre mi actitud. Sip, Mamá Frankenstein también se activó, pero a ella no le queda tan bien como a mí.
Estamos caminando por los pasillos, Frankie a mi lado y de repente Cole y Blake aparecen al otro extremo. Y eventualmente pasa. Veo cuando Blake mira al suelo por un segundo y Cole ve cuando Frankie observa con renovado interés las puntas de su cabello.
Cole y yo nos miramos e instantáneamente hacemos lo mismo, arrugando la nariz negamos con la cabeza.
Estos chicos no están listos.
Lo gracioso del caso es que ni Blake ni Frankie saben que estamos al tanto de sus segundos de duda, así que cuando ya han levantado sus miradas y nos ven a Cole y a mí negar, naturalmente quedan confundidos.
Y nada mejor que compartir secretos de tus mejores amigos en su cara, pero que ellos no tengan ni la menor idea de que está pasando.
Sus expresiones lo valen.
Estamos en la hora del almuerzo y algo predecible pasa. Blake se ha sentado con nosotras.
Frankie se sorprende, pero yo no. Es decir, ¿esto es lo que hacen los chicos cuando quieren conquistar a una chica, no? Hacen cosas que saben que la van a sorprender y les gusta el resultado. Pero como ven, yo no me sorprendí. Y eso quiere decir una sola cosa: ¡Vengan, idiotas que soy a prueba de balas!
Lastimosamente, Cole parece leer mi pensamiento y se sienta en nuestra mesa también.
Golpeando el sorbete contra la mesa para abrirlo, le digo: -Dime, ¿dónde compraste un lector de mente, ah?
Cole, que tenía la boca abierta para comer su hamburguesa, se queda allí, confundido. Y en ese segundo que tiene su boca levemente abierta, es mi oportunidad. Rápidamente me llevo el sorbete a la boca y soplo.
El papel cae en su boca tal como lo deseaba. El empieza a toser y todos en la mesa nos empezamos a reír. Yo rio mientras levanto mis brazos en señal de victoria, la expresión de Cole al sacar el papel de su boca es demasiado para mi estómago, que me duele de tanto reírme.
-¡Maldita, pequeña gran molestia en mi tra...! -no está enojado, de hecho hay un pequeño brillo de diversión en sus ojos, pero obviamente no va a admitir lo grandiosa que soy.
-¿A qué tengo buena puntería, Cole? -pregunto con una pequeña risa aún brotando de mis labios.
-Será no más un golpe de suerte -dice con la boca llena.
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Heaven, Hell, Heather
Teen FictionHeather Weiss tiene varias razones para estar en contra del chico que vomitó en la puerta de su cabaña. Y a nadie debería sorprenderle eso. Digo, ¿alguna vez has visto a Heather Weiss en estado pasivo? No, no lo creo. Así que, si esperas que Heat...