Capítulo 5: El lado oscuro.

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Capítulo 5

El lado oscuro.

El tono de llamada llega a mis oídos. Son las 7:15 de la mañana y el maldito teléfono está sonando.

—¿Qué demonios, Frankie? —gruño mientras me lanzo la almohada a la cabeza.

—¡Despiértate, pedazo de anticristo! —Frankie grita y yo maldigo por lo bajo—. Te escuche, genia estás al teléfono. Apúrate tu cita con Cole se acerca.

—¿Qué droga se coló a tu sistema? —pregunto— ¿Cita con Cole? ¿Consideras a eso una cita?

—Van a estar los dos, solos en un día que no es de clases, limpiando por siempre. Si lo miras de esa manera, son una versión moderna de la cenicienta.

—¿Esa es tu idea de una cita? Limpiar la escuela en un sábado, Frankie, ¿te he dicho que soy amiga de Jim el conserje? Te puedo conseguir una cita con el. Y por cierto, ¿quién seria yo en la cenicienta?

—La madrastra.

¿Qué?

—¿Y Cole?

—La cenicienta —se ríe. —Yo por supuesto seria el hada madrina.

—No lo creo, serías el ratón torpe. ¡Púdrete, y te quiero!

Cuelgo la llamada.

Decido dormirme unos pocos minutos, debido a que no debo estar allí hasta las ocho y Frankie ya me ha quitado cinco minutos de sueño. 

Lastimosamente, quince minutos se vuelven treinta y termino despertándome a la hora que ya tenia que estar saliendo de casa.

Mi vestimenta esta a base de un sweater, un pantalón negro, unos zapatos desgastados y varios mierdas de por medio, también meto mi celular en el bolsillo. Salgo corriendo de casa y cuando cruzo la calle maldigo para mi misma, corro de nuevo a casa.

Subo las escaleras y entro en el cuarto de mamá. Sonrió en disculpa al entrar. Mamá está sentada escribiendo en su ordenador. Se gira lentamente y sonríe mientras niega con su cabeza.

—Más te valía que te dieras cuenta tarde o temprano —. Camino hacia ella y le doy un abrazo.

—Lo siento, mamá, ya me voy —le doy un beso en la mejilla, ella hace lo mismo y ahora si parto en tranquilidad.

O bueno, no tanta. Debido a mi apuro no cogí nada para mi cabello—ni si quiera lo cepillé— y ahora está pegándose en mi todo mi rostro haciendo aumentar mi malhumor matutino. El viento septembrino no ayuda para nada.

Cuando estoy a una calle del colegio un auto negro familiar pasa a toda velocidad. Es el carro de Cole. Maldición.

« Que no te importe, me repito mientras sigo corriendo, que no te importe. »

Y así lo hace, me importa un pepino cuando Cole pone su auto en reversa, baja el vidrio y empieza a reírse y también me importa un pepino cuando le saco mis dos dedos del medio.

Camino en la entrada por que necesito que mi puso se calme y obviamente necesito aire.

—Sabía que te quitaba la respiración —Cole aparece a mi lado.

—Oh, por favor. ¿Sacaste eso de algún libro de Frases Más Clichés y Estúpidas Que Cualquier Chico Cliché y Estúpido Podría Decir?

—¿Qué tu nunca te levantas de buen humor? —pregunta.

—Estaba de buen humor, hasta que te vi.

Heaven, Hell, HeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora