Me despierto en la misma celda que hace 13 años.
Llevo casi toda la vida encerrada aquí.
Mi padre era el Alfa de la manada Black Moon, cuando en mi tercer cumpleaños un ejército de vampiros invadió mi hogar.
Mi madre, mi padre y mis dos hermanos ma...
Llevaba una semana entera sin ver a Atka, todo el día tenía reuniones con el consejo para intentar averiguar los planes y los objetivos de los vampiros, solo coincidíamos por la noche, pero normalmente cuando el llegaba yo ya estaba durmiendo.
Mire el reloj y eran las dos de la mañana y Atka seguía sin aparecer.
De pronto pude escuchar parte de una conversación, por parte de Atka y Dereck, estos estaban justo debajo de la ventana de la habitación.
-Atka, no puedes quitarle un ojo de encima -Dereck tenía un tono autoritario y a la vez de preocupación.
-Lo se, sabes que no voy a dejar que le pase nada -Tuve el presentimiento de que estaban hablando de mí, y por alguna razón creo que Atka no quiere que me entere de lo que esta pasando.
-Ahora que hemos averiguado que vienen a por ella corre mucho más riesgo que antes, pero tenemos la ventaja de la sorpresa, cosa que no se esperan- Con esas palabras de Dereck confirme que venían a por mi, ya hacía tiempo que tenía mis sospechas pero no quería alarmar a nadie sin estar segura.
Pude escuchar como Atka y Dereck se despedían, me metí en la cama e hice ver que estaba dormida, no quería que Atka viera que los había estado escuchando.
La puerta de mi habitación se abrió y escuche como se despojaba de su ropa para meterse en la cama, un brazo me envolvió la cintura y me acerco al pecho de mi persona favorita, hice un esfuerzo enorme para no darme una vuelta y dejarle un beso en los labios.
-Te voy a proteger, lo juro, no voy a dejar que nadie te haga año, si hiciera falta daría mi vida por ti, te quiero Alex- Esas palabras me habían tomado por sorpresa, realmente estaba preocupado por mi bienestar y por lo que estaba por venir.
Cuando abrí los ojos pude ver que Atka seguía a mi lado, normalmente cuando me levantaba ya se había ido alguna reunión. Este seguía durmiendo con la boca medio abierta.
Salí de la cama sin despertarlo, me dirigí a la cocina para prepararle el desayuno y subírselo a la cama.
Cuando acabe de cocinar lo puse todo en una bandeja y subí a ver a mi bello durmiente, abrí la puerta con sumo cuidado de no tirar nada, cuando fije mi mirada en la cama él seguía ahí, en la misma postura y con la boca medio abierta, debía de estar cansado, tantos días seguidos trabajando hasta tarde agotarían a cualquiera.
Deje la bandeja con el desayuno en una pequeña mesa que se encontraba en una esquina de nuestra habitación. Me puse ahorcajas de Atka y empecé a darle pequeños besos por la cara, este poco a poco empezó a reaccionar.
-Ha que debo este placer- Aún con la cara de dormido estaba guapo, como siempre
-Hacía muchos días que me despertaba y no te encontraba a mi lado
-Lo siento, a partir de hoy vamos ha hacer más cosas juntos, no va haber tantas reuniones- Este no tenía intenciones de contarme la razón de esto, decidí no arruinar el momento con mi curiosidad.
-Te he hecho el desayuno- Vi como abrió los ojos y se sentaba en la cama conmigo aún encima.
Me levante de la cama y cogí la bandeja que había dejado apartada, se la lleve hasta la cama y pude ver que tenía la misma cara que un niño cuando le dan un regalo.
Acabamos de pasar la mañana entre risas y besos, el desayuno que empezó siendo una cosa infantil paso a ser una cosa más adulta cuando a Atka pensó que tirarme sirope por el cuerpo era una buena idea.