Capítulo 35

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Todo lo que dijo Mark no me pilló por sorpresa, todo esto estaba pasando por mi culpa, muy dentro de mí sabía que esa profecía hablaba de mí, no quería creerlo, pero así era, ese hombre que de vez en cuando aparecía en mis sueños me había avisado, y yo había ignorado por completo.

Atka se dio cuenta de que el objetivo de Salomon era yo, él me había visto transformada y sabía el aspecto de mi loba, y también lo sabían unos cuantos guardias, quizá si las otras manadas se enteraban de que la profecía habla de mí, me sacrificarían para evitar un mal mayor, la verdad es que tenía sentido, el precio de una vida por la de muchas.

Me fui del despacho de Atka, tenía que pensar acerca de lo que estaba pasando, decidí ir a ver a Greta, la bruja de la manada, quizás ella podía arrojar un poco de luz en el asunto.

No llegué a tocar la puerta que está lo hizo sola. -Un placer volver a verla luna- Greta estaba sentada en un sillón al lado de la ventana, me acerque y me senté en una silla delante de esta.

-¿Sabes a lo que he venido?- tenía el presentimiento que iba un paso por delante

-Claro, soy una bruja recuerdas- como no hacerlo pensé

-La profecía habla de mí, ¿verdad?- sabía que la respuesta sería afirmativa pero necesitaba que alguien me lo confirmase.

-Ya sabes la respuesta

-Que crees que tengo que hacer

-No se lo digas a nadie, no se sabe en quien podemos confiar hoy en día

-Hay gente que ya lo sabe, me han visto transformada

-Esos son hombres de confianza, te lo aseguro, pero creo que tendrías que explicarme algo más, ¿no crees?- sus ojos me miraban con seriedad, sabía exactamente a lo que se refería.

-Un hombre mayor se apareció en mis sueños hace mucho, él me avisó, pero yo en ese momento no me podía transformar, así que no le di importancia

-¿Te dijo su nombre?

-No, solo me acuerdo que era bastante mayor y que tenía los ojos verdes

-Está bien, no le confíes nada, no sabemos de que parte está, así que si se vuelve a aparecer no contestes nada

Después de eso volví a casa, por el camino la gente de la manda me saludaba alegremente, eran tan felices, y quizás todo eso se acabe por culpa mía, si tan solo hubiera muerto en esa celda esto no estaría pasando, eso me hizo pensar en que Salomon me tuvo cautiva trece años y nunca supo que era yo a la que estuvo buscando, menudas coincidencias.

Cuando entre en casa podía escuchar los murmullos de Dereck y Atka, parecía que Mark y Alfred ya se habían marchado. Me acerque al despacho y abrí la puerta.

-Tenemos que hablar- dije

Los dos hombres parados en medio de la sala me miraban con cara de expectativa y curiosidad, así que decidida hablé.

-Los dos sabéis tan bien como yo, que la de la que habla la profecía soy yo, Salomon me quiere a mí, no puedo permitir que siga atacando a otras manadas esperando a que me encuentre, no puedo permitir que otros mueran por mí, tengo que irme a otro lugar.- Lo había dicho todo sin apenas respirar.

-Alex, sabes que no voy a permitir que te vayas tu sola, eres mi luna, aparte si te fueras te estaríamos sirviendo en bandeja al rey de los vampiros, sé  que te sabes defender, pero si te atacasen 30 vampiros ni tu saldrías ilesa, y eso no lo puedo permitir.- Dereck asintió la cabeza, dando a conocer que coincidía con la opinión de Atka.

-¿Y qué pretendes que haga, que me quede aquí sentada hasta que venga a por mí?

-Mañana tenemos reunión con todos los alfas supremos para establecer un plan

-¿Tienes alguna propuesta en mente?- Está vez fue Dereck el que habló

-Con Mark hemos coincidido que lo que tenemos que hacer ahora es esconder a todas las lunas, ya que su objetivo son ellas, habíamos pensado en alejarlas y mantenerlas todas juntas en algún lugar seguro.

-Sabes que eso es una tontería, si Salomon encontrara ese lugar nos tendría a todas a su merced.

-Pero nos daría más tiempo de encontrarlo y matarlo, aparte no estaríais solas, habría gente pendientes de vosotras todo el día y noche, pero es solo una idea al final mañana tendrá que ser votada y quizás sale que no- tenía su punto con eso, nos proporcionaría tiempo que es de lo que carecemos, entonces Atka volvió a hablar.

-Alex, nadie debe saber que tú eres la de la profecía, nadie debe saberlo, no aún.

-Sabes que no estoy de acuerdo con eso ¿verdad?

-Lo sé, pero si se llegara a saber nuestro destino sería mucho peor que la muerte

-¿Por que? pensé que si las otras manadas se enteraban me matarían para acabar con el problema de raíz.

-No tienes ni idea de lo que eres capaz- Dereck me miraba con cara de compasión

-Eres una loba dorada Alex, raramente nace una, pero en nuestra cultura es como un dios o diosa, los lobos adoramos a ese ser, es como una divinidad, y con razón, pero su nacimiento solo quiere decir que un gran peligro esta por aparecer, y parece que este ya nos ha alcanzado, los lobos dorados nacen con el objetivo de erradicar el mal, son enviados de la diosa luna para establecer la paz en nuestro pueblo, por esa razón nadie te podría hacer daño, pero tampoco se puede dar a conocer, si no le estaríamos dando la información que necesita a Salomon.






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