—Despues de todo, no nos fue tan mal.
—¿¡Bromeas Kirishima!? ¡Fue realmente incómodo! — alzó la voz el pecoso desde la cocina.
—Él siempre es así, amigo —. Le restó importancia el mayor — No te lo tomes a pecho.
—¡Deja de defenderlo! Se quejó de mi comida todo el tiempo — el entrecejo de Midoriya se arrugó— Además me miraba como si se me quisiera tirar encima.
—No digas eso — tras decir eso el rostro de Kirishima se volteó hacia el peli-verde, notando un puchero en este. — ¿Que?
—Olvidé que él es tu "amigo" y no yo. — se victimizó una vez que termino de lavar los platos de la cena, y se secaba las manos con el paño de la cocina.
—Izuku. — Lo llamó en forma de reprenda.
—Nunca te importe. — En cuanto dijo aquello, su móvil vibró en su bolsillo el cual atendió de inmediato sin que él pelirrojo se diese cuenta.
—Izuku, ¡Nosotros no somos amigos, somos pareja y si sigues, el monstruo de las cosquillas te visitará hoy en la cama! — bromeó Eijirō.
—Shhhh, Kiri. — siseó al chico para llevar su móvil al oído.— ¿Diga? ¿Todoroki?
Los colores subieron a su rostro, dejándolo de un brillante rojo que hacía competencia con el cabello de su futuro esposo. Este al oírlo simplemente fue capaz de sonreír y de levantarse de su cómodo lado del sofá.
—¿Qué tal todo, amigo? — preguntó el pecoso a la voz a través del aparato.
Cuando Midoriya quiso decir algo más, se vio interrumpido por dos fuertes brazos que lo comenzaban a rodear.
—¿Qué haces Kiri? — preguntó.
El nombrado solo rió cerca de su oído, para luego suspirar hondo en este.
Lo que hizo temblar las piernas del chico.—N-no hagas eso, estoy ocupado — tartamudeó.
—Me tienes que dar atención a mi. — en uno de esos movimientos le arrebató el móvil — tengo asuntos pendientes, bye. — Y sin más cortó la llamada.
—¿Qué acaba de suceder ahí? — alzó la ceja el chico.
—Nada, nada — sonrió — solo una pequeña venganza. — Explicó para luego depositar un casto beso en el cuello del niño y soltarlo. — ¿Una maratón de Badabun?
—Una maratón de Badabun.
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Recíproco -Tododeku, Bakushima.
HumorEllos eran cercanos y compartían la misma angustia de no poder declararse a las personas que le gustaban. Una jugarreta del destino hizo que se vieran envueltos en una maraña de mentiras, tales como la de una... Boda. -Capítulos sin mucho sentido...