Recíproco -Tododeku, Bakushima.

23. Se busca.

—Izuku — lo llamó — si sigues dándote tantas vueltas dejaras un hoyo en el suelo — regañó el bicolor, como si lo recién dicho pudiese ocurrir. — Ven, acuéstate que son las diez de la noche.

—No puedo estar tranquilo, sabiendo que mi kiribebe está solo allá en algún lugar — explicó señalando con su índice por la ventana que estaba con las cortinas abiertas, dejando ver lo oscuro de la noche siendo iluminada por letreros de neón — Además, puede que la señora Mitsuki no tenga idea de donde están.

Todoroki solo soltó un largo suspiro para levantarse del sofá y acercarse al menor para abrazarlo: — Los encontraremos después de todo, Bakugō lo cuidará.

—¿Como estás tan seguro? — preguntó Midoriya.

—Verás, Bakugō está loco por Kirishima — mencionó, Izuku solo lo miró desconfiado — ¿Qué?

—Eso no sonó muy bien, quizás el hizo que se perdieran — contestó — además, ¿Como tan seguro? Kacchan no parece llevarse tan bien contigo como para contarte algo así. — explicó a la defensiva.

—Ehhhh, pues...

Y a la mente de Shōto se le unieron un sin fin de escenas que compartía con el cenizo, de buenas o malas y este confundía su nombre con el del pelirrojo. ¿Por qué todos amaban a Eijirō?

—una corazonada — se encogió de hombros — Y ya no le des más vueltas, que te irás a dormir.
— Sin más, el mayor cargó al pecoso estilo nupcial para llevarlo a su cuarto y dejarlo en la cama, obviamente Izuku no lo tomó de la mejor manera y chilló algunas cosas...

"Suéltame hijo de tu tetera madre", "si no me dejas, gritaré que eres un ladrón", "yo decido a qué hora me dormiré" y entre otras cosas más, que el mitad albino parecía ignorar.

Entre pequeños movimientos manifestando molestia de parte de Izuku tales como: pequeños puños y pataditas se agotó quedándose completamente dormido en medio de la cama matrimonial.

Todoroki quién igualmente se encontraba cansado, también decidió descansar pero a diferencia del pecoso, él iría a dormir en el sofá.

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La mañana llegó y la misma ventana por la que Midoriya había señalado la oscura noche de ayer, ahora permitía entrar los rayos del sol.

Ninguno de los dos habían despertado, bueno eso hasta que el celular de Shōto comenzó a sonar con la armoniosa copla de "Love me" del famoso rubio; Mirio.

Todoroki despertó algo somnoliento para contestar: — ¿Aló? Si, si.
¿De verdad? ¡Si! ¿Cuatro horas de aquí? Ohhh... ¡Gracias señora Mitsuki, muchas gracias! Adiós.

Cuándo colgó, Todoroki se levantó rápidamente del sofá sin percatarse de que tenía la manta con la que se cubrió enredada en su pierna haciendo que cayera al suelo haciendo un ruido sordo.

—¿Estás bien? — preguntó Midoriya apoyado en el marco de la puerta, cruzado de brazos intentado no reírse.

—¡Si! — respondió Shōto levantándose y sacudiendo sus ropas — ¡Ya sé donde están!

—Lo sé, lo escuché todo — confesó.

—¿Hace cuanto estabas ahí? — preguntó Todoroki — acaso, ¿Viste mi caída?

Izuku solo se largó a reír para asentir con la cabeza — Exacto. — el rostro de Shōto comenzó a enrojecer — ¿De verdad tienes esa canción?

Todoroki solo hizo un puchero — Oye, es pegajosa. — se defendió.

—Si claro; love me, love me — cantó burlesco— Say that you love me, fool me fool me...

—Si te sigues burlando de mí, debes estar atento a las consecuencias — amenazó el heterocromaníaco sintiendo.

—¿Así? — retó el pecoso— ¿Cuál sería tu "gran" consecuencia — sonrió.

—La consecuencia sería de que te fueras en un bus a buscar a los chicos, y no en el auto conmigo. — habló Shōto — tú decides. Son solo... Cuatro horas.

Izuku al ver que tenía perdida la pelea, se encaminó hacia la cocina: — Corre a arreglarte, desayunamos y partimos. — ordenó.

—Lo que órdenes pecoso mandón.