11. Respeto.

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No estaba seguro de haber aceptado quedarse ahí, pero como siempre Shōto tenía el poder de decidir por él algunas veces.

Mientras la amistosa charla se daba su lugar, Todoroki pedía un mojito cubano en el mini bar al aire libre en esa noche y Midoriya una mimosa.

Todo transcurría bien, hasta que la charla se centró en la relación del pecoso, donde Todoroki para pasar el amargo trago de realidad sobre la boda y más, pedía otro mojito y otro.

Llegando a no mantenerse en sus quintos sentidos del todo.

-Pero, ¿Sabes? - hipó - No importa que te cases, hip, sigues siendo perfecto para mi.

Izuku solo miraba el sonrojado rostro del medio albino -claro, por el alcohol-.

-Estas soltando puros desvaríos - acusó el menor, mientras se levantaba del banco individual e intentaba hacer lo mismo con el chico.

Logró cargar el brazo de este en su hombro, oyendo sus disparates mientras lo guiaba a su habitación, cuando logró llegar y abrir la puerta, sentó al muchacho en la cama.

-No te cases, hip. - rogó.

-Shhhh, descansa. - siseó en un intento de callarlo, mientras una sonrisa bastante calmada apareció en su rostro.

-Aunque me acosté con él, hip - volvió a hipar- No significa nada...

-¿Que? ¿Con quién? - su sonrisa se volvió una algo nerviosa.

- Katsuki.

Esa sonrisa que estaba plasmada en su rostro, desapareció haciéndolo volver a la realidad.
De que Todoroki era de otra persona.
De que él se casaría en dos días.
De que eso no estaba bien, de que nada lo estaba.

Sin poder evitarlo sintió su mirada arder, mientras que pequeñas lágrimas se escapaban de su rabillo.
No dijo mucho, solo murmuró un "Descansa" para apagar la luz y retirarse de la habitación.

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Dos chicos estaban sentados en la arena, ambos con camisas hawaianas por petición del pelirrojo. -Ya que era algo que veía mucho en las películas-

El oscuro cielo estaba adornado con un montón de brillantes estrellas, que tintineaban ante sus ojos.

-La pase muy bien esta tarde contigo, Katsuki - halagó Kirishima mientras que con su mano cogía un puñado de arena para después dejarlos caer entre sus dedos - ¿Katsuki?

El cenizo solo permanecía con la vista pegada en el rostro del pelirrojo, levantó su mano a la altura de la ajena y como pudo entrelazó sus dedos con los de él.

No perdió tiempo para acercarse otra vez al rostro del moreno como las tantas noches que lo había hecho, a simple diferencia que este ahora estaba más despierto que nunca.

Sus labios casi se rozaron, Katsuki ya estaba cantando antes de la victoria hasta que sintió la ausencia del rostro ajeno.

-¿Pero qu- ? - preguntó confuso al ver como Eijirō se alejaba.

-Lo siento.

-¿Por qué te alejas? - inquirió nuevamente intentando acercarse al rostro del chico.

-Porque respeto tu relación con Shōto - explicó bajando la mirada, para luego levantarse de la arena - Y también a Izuku...

Y tan rápido lo dijo, se alejó de la playa.
Sabía que lo tendría que ver en la habitación pero no le importó ya se haría el dormido para evitarlo.

Le entristecía saber que lo que más deseaba, lo dejó pasar.
Al llegar a su piso, vió la puerta entreabierta de su cuarto.

Se puso alerta al entrar, con miedo de que el "ladrón" siguiera dentro.
Grande fue su sorpresa al ver al pecoso con la mirada cristalina bañada en lágrimas sentado en el borde de la cama.

Como si fuera instinto corrió a arrollarlo en sus brazos, y mecerlo.

-¿Que pasó? ¿Estás bien? - preguntó tan rápido como pudo - ¿Quien te hizo est- ? - sus labios fueron sellados por un beso proporcionado por el chico entre sus brazos.

-Cuidame...

Y como si esas fuesen las palabras mágicas, Kirishima lo volvió a besar.

Recíproco -Tododeku, Bakushima.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora