Todo el camino hacia la habitación fue silencioso, de una manera muy incomoda. ¿Cuando habían llegado a eso? En el corto plazo en que su mente procesaba la pregunta y buscaba alguna respuesta lo suficientemente coherente, oyó a su compañero;
— Aquí es, la habitación... — El cenizo miró el número que colgaba en el llavero— 217.
Eijirō solo asintió con la cabeza, para darle a entender que lo había escuchado. Y cuando el primogénito de los Bakugō abrió la puerta, no evitó que su rostro hirviera de la cólera provocada. O tal vez, la vergüenza.
—¿Una cama matrimonial? — preguntó asomando su rostro por el marco de la puerta. — Vaya, esa no me la esperaba.
El rubio solo cerró la puerta bruscamente y se giró en la dirección por la que venían; — Iré a quejarme en la recepción.
Kirishima sabía que esa era la solución normal, la que cualquier persona en su derecho iría a reclamar pero algo lo hizo actuar, agarrando suavemente del brazo de su compañero antes que este emprendiera rumbo.
—¿Ahora, qué? — le miró molesto.
Odiaba que las personas lo detuvieran cuando se proponía algo. (Ocurría la mayoría de las veces que quería patearle el culo a Izuku.)—Tal vez, solo tal vez... — minimizó — podríamos dejarlo así, y dormir juntos...
—¿Qué?
— Después de todo, la cama es lo suficientemente grande para compartir y...
—Bien — respondió.
—Y no soy inquieto para dormir, molestaré, además...
—¡KIRISHIMA! — el nombrado pegó un brinco para mirarle — Dije, que estaba bien.
Y sin más, el cenizo volvió a abrir la puerta para esta vez entrar.
—Las maletas, ya están aquí. — comentó el pelirrojo — ¿Vas a descansar?
El cenizo solo se encogió de hombros.
—Quizas.
—¿Puedo hacerte compañía?
—Claro, solo te dejaré claro que ronco. — mencionó para quitarse el polo, quedando con el torso desnudo.
Kirishima para no caer en la tentación de mirar el cuerpo de su compañero, bromeó.
—Lo sé, todos lo descubrimos en el avión. Parecía como si un tractor estuviese en el viaje — rió.
Lo único que recibió a cambio fue el polo, directo en su rostro haciendo parar su risa y también limitando su visión completamente.
Misión cumplida.
Se tardó unos segundos para deshacerse del polo, tirando de el en la cama. Para su sorpresa el rubio ya traía puesta una playera de tiras que dejaban al descubierto sus brazos.
—Vamos a descansar.
—Si.
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No tardó demasiado en que Kirishima se quedara dormido en su lado de la cama, mientras un relajado Bakugō lo observaba como una de las maravillas del mundo a su lado.
Su mirada se desvió a los labios del moreno, estos estaban entreabiertos dejando ver unos dientes sobresalir, como si se tratase de algunos colmillos.
El cenizo acercó su rostro lo suficiente como para rozar sus labios, deseando profundizar aquello.
Por su parte Kirishima aún dormitando entre abrió sus ojos solo por segundos, viendo algo borroso cerca de él.Lo dejó pasar por el sueño, después de todo siguió descansado y Katsuki nunca se percató de ello.
El rubio al decidir que ya había sido suficientemente osado de su parte, decidió detenerse y acomodarse para dormir.
No sin antes acercarse al pelirrojo para abrazarlo, y descansar.
No iba a dejar pasar ninguna oportunidad.
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Recíproco -Tododeku, Bakushima.
HumorEllos eran cercanos y compartían la misma angustia de no poder declararse a las personas que le gustaban. Una jugarreta del destino hizo que se vieran envueltos en una maraña de mentiras, tales como la de una... Boda. -Capítulos sin mucho sentido...