21. Abajo.

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Sus deseos son órdenes, meine kleinen 💕

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—Está bien — le restó importancia Kirishima. — Después de todo, ni sabría cómo haber hecho especial ese beso — explicó Kirishima para sorber el resto de té que quedaba en su taza.

Katsuki aún no del todo convencido se levantó del banquillo.

—Puedes hacerlo especial — soltó el rubio para acercarse hasta el banquillo del niño, y arrodillarse frente a este.

Kirishima solo dejó su taza de lado, encima del mesón para mirar al cenizo de arriba hacia abajo — Eres alguien exigente — se quejó para luego sonreír y llevar sus manos a las mejillas del chico.

Katsuki elevó un poco su rostro para así facilitar el roce de sus labios, que poco a poco fue profundizando gracias a las intenciones de Kirishima.

Sus labios parecían encajar de manera perfecta, parecían no querer separarse por nada del mundo, pero lo hicieron por la falta de oxígeno.

Kirishima fue quién está vez, había pasado su lengua por su labio inferior limpiando el exceso de saliva.

La escena había sido totalmente provocativa ante los rubíes del más alto; — ¿Te pareció especial..? — preguntó Eijirō para luego ver como el rubio se levantaba del lugar, haciendo una gran diferencia en estatura.

No dijo nada, solo cogió al pelirrojo de las caderas y lo cargó encima de su hombro como un saco de patatas.
—¿Que haces? ¿Bakugō? ¡Responde! — preguntó algo exaltado, para ver el camino que el rubio seguía.

Rápidamente se enteró que se dirigían a la habitación, y guardo silencio hasta que fue "arrojado" encima de la cama.

Ninguno de los dos dijo nada, solo se miraron a los ojos y volvieron a unir sus labios como si fuese la última vez.
Todo continuó, los besos comenzaron a subir su intensidad y comenzaron a ser repartidos por otras partes del cuerpo.

Bakugō se deshizo de su polo, dejando expuesto aquel tan reconocido torso.
-parecía orgulloso de enseñarlo-
Kirishima soltó un suspiro de saber que al fin eso estuviese entre sus manos.

El pelirrojo bajo a besos por el cuello del rubio, quien parecía deleitarse con ello. Llegó a sus pectorales y repartió unas promiscuas marcas que dentro de poco adquirirían un hermoso color.

Luego los papeles se intercambiaron, Bakugō desnudó el torso contrario y tumbó a Kirishima en la cama, repartió besos a medidas que descendía, llegando a sus pantalones cuando hizo estos desaparecer e iba a hacer lo mismo con su ropa interior, fue abruptamente detenido: — ¡Espera!

Katsuki solo lo miró.

—Yo, pensé... Que tu... — tartamudeo buscando no herir la masculinidad de su compañero.— Que tú serías el de abajo.

En la sien del cenizo apareció una venita; — ¿Por qué pensarías eso? — se contuvo en no insultarlo.

—Pues — hizo una pausa — Porque estuviste con Todoroki — hizo un puchero con una mirada algo molesta de solo recordar esas... ¡¡Tres veces!! — El se ve algo dominante, además de que tienes unas... — Kirishima llevó sus manos a la altura de su pecho para fingir sostener dos pelotas.

Sus palabras se convirtieron en un corto y agudo gemido al sentir como su última prenda desaparecía.
— Solo diré, que nunca fuí el de abajo — finalizó el tema.

La mirada de Kirishima era la mirada de alguien que no lograba entender nada, ¿Todoroki el de abajo? Pobre Izuku.

F por Izuku.

Cuando iba a continuar buscando alguna respuesta, para comprobar que lo que salía de la boca del rubio era cierto, sintió que aquella boca que le daría respuestas estaba ocupada con otra cosa...

—¡Ah! ¡Katsuki!

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Después de unos largos "round's" cortesía de Kirishima, este se quedó dormido mientras Bakugō lo miraba como si fuese el mejor angel del cielo.

Y vaya que para verse alguien tan tranquilo, era algo... erótico.
Nunca pensó que alguien como él, resistiera tanto con un cuerpo así y sobre todo que fuese así de lascivo.

Para despejar su mente y no volver a empalmarse de solo recordar lo perfecto que fue, revisó la hora de su móvil.
Sus ojos se abrieron ante la sorpresa ¡Habían pasado cinco horas de las que se suponían que se debían haber ido!

Envío un mensaje, para luego recordar que no existía rastro de señal en esos lugares.
Su mente quedó en blanco, ¿Como volverían a casa, si nadie sabía que estaban ahí? ¡Kirishima lo iba a matar!

Y hablando del mencionado que se removió entre las sábanas para acercarse a su amante.

—¿Que ocurre, Katsuki? — preguntó en un ronroneo, mientras se abrazaba al torso del nombrado.

—No te vayas a asustar... — Advirtió, ganándose la curiosidad del pelirrojo — Pero... Estamos varados aquí.

—¿¡QUE!?

Recíproco -Tododeku, Bakushima.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora