—No es lo que esperaba, pero estoy satisfecha con esto. — habló la chica de piel rosácea mientras jugaba con las patatas de su improvisado almuerzo.
—Jamas había caminado tanto en el centro comercial. — Un agotado suspiro le siguió — pero...
—¡Pero, ahora Kiri tienes un anillo de compromiso hermoso! — interrumpió Uraraka con una contagiosa sonrisa.
El nombrado solo la miró por momentos para luego bajar su mirada a sus dedos donde, en uno de ellos resaltaba una argolla dorada.
No pasó mucho para que buscara la mano del pecoso con la mirada para encontrarse con lo mismo.Involuntariamente una sonrisa surgió.
—Cierto — concordó Midoriya — Valió la pena, se ve realmente lindo. — emitido el comentario, se ocupó en sorber su gaseosa.
—Ademas hice unos pequeños ajustes, y la boda se celebrará un poco más tempran... ¿Ese es Bakugō? — La chica de revoltosos cabellos rosa, señaló con su dedo a la persona que acababa de nombrar.
Kirishima quien estaba de espalda a la puerta, instantáneamente quiso voltear y saludarlo. Como si de un cachorro que no había visto a su dueño en días tratase pero una rápida mano lo sujeto de la mejilla para evitarlo.
La mirada carmesí de Eijirō se topó fijamente con la de su acompañante de mejillas manchadas, quien lo miraba receloso de su atención.
No pasó mucho para que el más alto quedara hipnotizado por esa vulnerable mirada que le rogaba que no lo abandonara.Su cuerpo actuó por voluntad propia, recargando su mejilla con calma en la mano que lo acunaba. No supo como, ni cuando, la inesperada persona se integró al grupo viendo con odio la escena tan íntima que los tortolitos protagonizaban.
Un ronco gruñido los hizo separarse con rapidez, las mejillas de ambos se sentían acaloradas.
—Kacchan, ¿Cuando llegaste...? — preguntó tímido.
—Cuando tú y el cabello de mierda se quedaron mirando como si fueran el puto mundo— respondió.
—Oe Bakugō, no seas grosero — reclamó Kirishima.
Un chasquido de lengua resonó — Como sea. ¿Qué hacen todos juntos?
—Estamos viendo algunas cosas de la boda — Informó Uraraka mientras le daba otro bocado a su hamburguesa.
—...
— ¡Cierto! — chilló Mina— hablando de eso, con Uraraka decidimos que será en el hotel ¡Cúspide de cupido!
— ¿Casarnos en un hotel? — cuestionó Izuku.
—Si — afirmó — Estaba chequeando todo y sinceramente, sus playas son hermosas, es lujoso y en las noches todo es hermoso.
—¿No será costoso? — Volvió a cuestionar Izuku.
—Momo dijo que iba ayudarnos con todo, pero... — balbuceó la castaña — Al estar pendiente de los preparativos, necesitamos poner un escolta personal para cada uno de ustedes.
—¿Qué? — Eijirō solo alzó una de sus cejas — ¿Para que, o que?
—Pues verán, será más como un compañero — explicó Ashido— Los aconsejaran para que escojan sus ropas, para que no hagan nada indebido de momento y todo eso.
—No me parece buena idea, están exagerand. -
—¿Qué? ¿Acaso te putas asustas sin Kirishima, Deku? — se burló el cenizo — Yo me encargo del pelo pincho.
Ambas miradas carmesí chocaron como imanes.
—Oh, ¡Eso está bien! — sonrió Ochako— Entonces para Izuku será Iida, ¿Te parece?
Antes de que el chico contestara con desgano, la voz de Kirishima se adelantó sorprendiendolo.
—No confío mucho en esto... — soltó avergonzado Kirishima — pero, ¿Podría Todoroki cuidar de Izuku?
—Eres alguien celoso Kirishima.
—¿C-celoso yo?
—¡Claro! Todo porque Iida pasa más tiempo con Midoriya, que tú.
—¡¡Cállate cara redonda!!
—¿¡Por qué te molestas tu Bakugō!?
—AAHHHHH ¡¡SHINE, SHINE, SHINE!!
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Recíproco -Tododeku, Bakushima.
HumorEllos eran cercanos y compartían la misma angustia de no poder declararse a las personas que le gustaban. Una jugarreta del destino hizo que se vieran envueltos en una maraña de mentiras, tales como la de una... Boda. -Capítulos sin mucho sentido...