Recíproco -Tododeku, Bakushima.

10. Necesidad.

Izuku solo miraba a su mejor amigo con las mejillas de un color rojo brillante, que como siempre hacia competencia con el cabello de su prometido.

—¿Por qué la cama es matrimonial? — preguntó mirando al bicolor.

Esté solo se encogió de hombros; — Ya sabes como son las chicas.

—¿No haremos nada para cambiar la habitación? — inquirió nuevamente al ver como Shōto acomodaba las cosas fuera de su maleta.

—No lo veo necesario, hemos dormido juntos ante ¿no? — sonrío demostrando un toque vivaz en aquel sereno rostro.

Eso fue suficiente como para que el pecoso accediera regresandóle la sonrisa.

—Izuku.

El nombrado solo lo miró, dejando a un lado algunas playeras blancas que estaba sacando de su maleta.

—¿Te apetece ir a dar una vuelta conmigo? — preguntó, para rápidamente agregar— Claro, sino es que tienes planes con kiris-

—Está bien.

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Disfrutaron aquella tarde, ambas parejas a su manera. Dos personas en especial disfrutando de la presencia de los prometidos, ganándose su atención.
Los días pasaron, el martes escogieron sus trajes y aunque Midoriya insistía en que sus zapatillas rojas combinaban con el atuendo, no fue permitido por las chicas.

El miércoles fue más tranquilo, después de todo solo tenían que enlistar a las personas que querían en el lugar y como era de esperar, toda la que una vez fue su clase y los de 1b iban a estar presentes.  - Ochako no decidía entre las plantillas de conejo o las de perros-.

Jueves, fue un día algo corto. Después de todo no había tanto que perder el hotel otorgaba una especie de capilla en la playa, en la noche.
La comida fue un reto, Izuku pedía rollos de canela y cosas dulces mientras que, Kirishima pedía un menú algo centrado en la cultura mexicana. - Bakugō a pesar de no ser un novio, exigió que hubiese picante-

Todos estuvieron de acuerdo en que el pastel fuese de bizcocho de limón.

Cuando todos pensaban que el viernes iba a ser igual de atareado, escucharon a Mina.

—Pues, este día es como decirlo... — intentó explicar llevando su dedo al mentón.

—¿Despedida de soltero? — completó la castaña.

—¡Si! ¡Siempre terminas lo que quiero decir! — celebró la pelirosa abrazando a una de sus mejores amigas. — Eso, lo que dijo mi amiga.

Bakugō a pesar de hacerse en desinteresado oía atento lo que la chica tenía para decir, mientras que Kirishima e Izuku se miraban fijamente dudosos.

—¡No queremos, que se metan en problemas! — regañó antes de tiempo Uraraka a la pareja comprometida. — para eso están estos dos. — los señaló con el dedo índice.

¿Que podía resultar mal?

Un Domingo la boda se realizará.
Una decisión que marcaría sus vidas.