¡La persona que conozca el nombre de la canción, tendrá la posibilidad de escoger una pareja!
Que será la protagonista de la próxima historia.
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Dentro del auto de Todoroki el olor a frutas rondaba dejando a Izuku en una especie de paraíso, claro que en un bus público ese aroma no existiría o bueno si lo haría pero estaría en una asquerosa combinación de otros olores, no tan agradables.
-Bebe - lo llamó, a lo que el pecoso lo miró y el bicolor volvió a hablar sin despegar su mirada del camino - El viaje es algo largo, así que te puedes hacer cargo de la música.
La mirada de Izuku brilló, ¡Al fin!
Sin esperar alguna instrucción ni nada, conectó su celular al radio del carro y se deleitó rompiendo los tímpanos del medio albino con lo fuerte que sonaba la música.-¡Me miras! ¡Te miro, te ves tan lindo de perfil! - cantó el pecoso, con sus intenciones de poner nervioso al conductor - Tu pelo, tu boca, todo es perfecto para mi.
-Lo sé - irrumpió Todoroki, para soltar una mano de su volante y bajar las gafas negras de sol - Te vuelvo loco.
-No - negó rotundamente - La letra de la canción es así.
-Ahhh, eres difícil.
-¿Perdona, dijiste algo? - fingió no haber escuchado al chico - no te oí.
-Nada, nada - omitió el heterocromaníaco para luego guardar silencio.
Midoriya le dió un último vistazo al chico, quién ya no le dirigía la mirada.
¿Por qué le costaba tanto aceptar el cariño de Shōto? Una parte deseaba lanzarse a los brazos de él y cantar el himno de la alegría pero otra parte suya, rogaba por alejarlo no sin antes, pegarle una patada en los bajos.Después de todo, por su culpa se casó y divorció, todo en menos de un mes.
Tampoco lo podía culpar de todo a él, debía admitir también su culpa en eso... Su poca parte de culpa.
—¡Si nos dejan, nos vamos a querer todaaaa una vida! —cantó el albino sacando de sus pensamientos al pecoso, quien sonrió inmediatamente con tan solo oírlo.
—Cantas horrible — mintió, Todoroki solo cantó más fuerte, entre risas.
Ambos se unieron en risas, y también entre bromas sobre quién cantaba mejor, claramente Midoriya estaba en clara desventajas y eso lo sabía. - ya había oído a Kirishima decirle que tenía voz de ardilla, sobre todo la de una que vestía de verde. -
Pero no le importó, se sentía a gusto y en completa confianza con el albino.
Sus risas quedaron en el aire al oír la voz femenina del GPS, que anunciaba que habían llegado a su destino.Ambos prestaron atención al paisaje, y al no ver ningúna cabaña, Todoroki decidió continuar conduciendo un poco más.
Y vaya que hizo bien, porque en tan solo minutos divisaron la rústica "casa". Al frenar a las afueras de esta, Izuku tomó la iniciativa para bajar del carro dándole una mirada al bicolor que esté comprendió como un: "ya vuelvo".
El pecoso subió la corta escalera del porche delantero y con sus nudillos golpeó la puerta suavemente, al no oír alguna respuesta decidió abrir y entrar.
Sabía que eso contaba como allanamiento de morada e igualmente de privacidad, pero de igual manera, entró.
Su sorpresa fue que el lugar parecía habitado, pero ¿Donde estaban las personas?
Oyó unos extraños ruidos provenientes de una puerta y se acercó para husmear."¡Bakugō no muerda-... Ah !"
"¡Serás devorado por el lobo, caperuza!"
"Ahhhh~"
Izuku poco a poco fue alejando su oreja de la puerta con su rostro hirviendo, se devolvió por el mismo camino por el que había llegado.
Abrió y cerró la puerta tras de sí, bajo con calma los escalones del porche delantero y caminó hasta llegar al auto.Abrió la puerta y subió, tomando asiento en completo silencio.
—¿Y, estaban? — preguntó Shōto a lo que el pequeño asintió con la cabeza — ¿Y?
—Creo que lo mejor será esperar un poco — soltó, totalmente ido.
Deseaba tener ese flash borra memorias de las películas.
—¿Que ocurrió allá dentro?
— Algo que desearía olvidar. — Shōto encarnó una ceja — Solo debemos esperar un laaaaargo rato — aclaró.
—Ya qué.
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¡Les traigo un corto capítulo, antes de desaparecer -posiblemente- durante la semana!
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Recíproco -Tododeku, Bakushima.
HumorEllos eran cercanos y compartían la misma angustia de no poder declararse a las personas que le gustaban. Una jugarreta del destino hizo que se vieran envueltos en una maraña de mentiras, tales como la de una... Boda. -Capítulos sin mucho sentido...