Entre La Fortaleza Y El Corazón

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La semana empezó fuerte para los Agreste. Tras el revelador sábado para ambos varones, el domingo había pasado sin pena ni gloria con ambos encerrados en sus respectivos cuartos. Adrien intentaba distraerse y no pensar en la sensación de vacío que le proporcionaba pensar en su amiga con novio, a pesar de lo feliz que estaba al conseguir acercamientos a su lady. Plagg no dejaba de meterse con él y de repetirle que era un niño consentido que quería tenerlo todo, pero en el fondo se alegraba de que su portador empezará a darse cuenta de sus sentimientos por ambas chicas.
Gabriel, por su parte, intentaba no tener trato con Nathalie mientras construía un muro alrededor de esa agradable sensación que se había formado en su corazón al compartir esa intimidad con ella la tarde anterior. Tras haberse recompuesto de su encuentro, se había dirigido a su despacho para continuar con el diseño que tanto trabajo le estaba costando, y se había sorprendido al darse cuenta de que las ideas fluían solas, dibujando plumas de pavo real y utilizando sus colores para terminarlo y sus formas para darle personalidad a aquel vestido. Había diseñado algo muy parecido a Mayura, y eso le dio miedo. Enseguida llamó a su ayudante para otorgarle el domingo libre. Ambos lo necesitaban.
El día de descanso les había recargado las pilas a todos, y Lepidóptero aprovechó que su hijo estaba a salvo en el instituto para localizar una posible presa a la que akumatizar. No tardó demasiado en encontrar a alguien dispuesto a cumplir con el perfil que buscaba, y lo lanzó a las calles de París llamando a voces a los héroes. Ladybug fue quien se presentó primero, con un notable nerviosismo en el cuerpo y buscando con la vista a su compañero. Unos minutos después apareció el gato.
-¿Me echabas de menos, bichito?
Ella enrojeció notablemente.
-Calla, gato bobo, y ayúdame con el Akuma. Está en su sombrero.
-Como desees, mi lady.
Marinette notó un escalofrío por todo el cuerpo. El sábado en casa de Alya, habían puesto de fondo una película en la televisión mientras comían, y esa película había sido "la princesa prometida". Justo se había quedado embobada con aquella preciosa historia de amor en el momento en que explicaban que cuando el protagonista le decía a su chica esas palabras, en realidad la estaba diciendo que la amaba. No pudo evitar relacionar aquel momento con las palabras de su compañero. ¿Habría visto él también esa película y estaría utilizando el mismo truco? Si era así, tal vez el chico tras la máscara estaba más cerca de lo que pensaba... Esquivó por los pelos un golpe de su atacante, haciéndola espabilar y darse cuenta de que no podía quedarse parada pensando en bobadas.
-¿Estás bien, bichito?
Ella tragó saliva con dificultad, obligándose a concentrarse al 100% en su enemigo.
-Acabemos con ésto cuanto antes.
Cat saltaba de un lado a otro, creando la oportunidad perfecta para que Ladybug le arrebatara el objeto en el que se encontraba el Akuma, y ella le miraba de soslayo en casi cada movimiento, dejándose llevar muchas veces por si imaginación y desdibujando el antifaz de su compañero. Tras una ardua y descordinada pelea lograron vencer al tipo, que no tardó en ponerse en pie y salir corriendo. Los héroes chocaron los puños, y Ladybug se sintió un poco decepcionada al hacerlo. ¿Acaso estaba esperando otro arranque como el de la última vez? ¿Un abrazo? ¿Tal vez un beso? No quitaba la vista de encima a su compañero, quien observaba su alrededor orgulloso de la paz que se respiraba siempre tras su intervención. Sus ojos se cruzaron con los de ella en medio del barrido, y se sorprendió al verla con la vista clavada en él. Sonrió con coquetería y guiñó un ojo, haciendo que la chica enrojeciera al momento.
-Oh dios... -bufó mientras se acercaba a él- Si vas a hacer algo, hazlo ya. No tenemos todo el día.
Cat Noir parpadeó incrédulo un par de veces.
-¿Perdón?
-Vamos, o tendré que hacerlo yo.
Se sostuvieron la mirada unos momentos. Adrien no tenía demasiado claro si estaba entendiendo las sutiles señales que su lady le estaba mandando. Dio un pequeño paso hacia ella, acortando la distancia entre ellos un poco más pero sin llegar a creer en lo que parecía estar viviendo.
-¿Y... Qué harás? -preguntó con picardía.
Ella soltó un suspiro de cansancio mientras rodaba los ojos, y cuando los volvió a poner sobre las pupilas rasgada de su compañero alzó las manos hacia su cara para sujetarlo con una la nuca y con la otra el hombro, y lo atrajo hacia su boca para saborear esos deliciosos labios que tanto la estaban tentando. Fue un beso corto pero intenso, cargado de emociones, preguntas y sentimientos. Cuando se separó, Marinette pasó la punta de la lengua por todo el labio inferior del chico, haciéndolo estremecer de pies a cabeza.
-Nos vemos pronto, gatito.
Lanzó su yoyo y desapareció de escena, dejando a un tembloroso héroe gatuno con una sonrisa bobalicona en mitad de la calle. El shock le hizo tardar más de la cuenta en regresar al instituto, y cuando llegó no pudo disimular lo que le había pasado. Nino se rió de él a su lado en el pupitre.
-¡Tío! ¿Se puede saber qué te ha pasado?
-Yo... Esto, na... Nada. Es sólo que...
Adrien tartamudeaba acompañado de las risas de su amigo y de Alya, sin darse cuenta de una perspicaz Marinette que sonreía con superioridad.
"Te tengo..."

Sin RemedioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora