El Legado de Rapsodia (Temporada 1) [Eldarya]

Capítulo 60: Allá en Eel.

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Capítulo 60: Allá en Eel

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"Gran parte de lo mejor que tenemos reside en nuestro amor a la familia, esto es la medida de nuestra estabilidad porque mide nuestro sentido de la lealtad." Haniel Long.

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Pueblo de Rindoban, perteneciente a la comarca de Limbert (norte de Jade):

Viendo como los eruditos del monasterio de Gurandü terminaban sus horas de estudio, levantándose al unísono y en completo silencio de sus mesas, con sus libros entre los brazos y sus cabezas de búho gachas, Maara se reclinó en la silla y se estiró, sentía los músculos de la espalda tensos así como los ojos cansados, no obstante, el conocimiento escolástico que esos muros encerraban había sido más que revelador... Seguramente, con todo lo que había encontrado en medio de todos esos pergaminos y mapas de Flujo de Energía Astral, ese hombre, el moiriano, comenzaría a tranzar la opción de hablarle de Etwal...

La elfa suspiró y apoyó las manos sobre el resiente documento que había descifrado...

Al principio de su investigación había estado preocupada respecto a lo que estaba descubriendo de esa mujer: fría, calculadora... Su retrato era duro y para nada comparado con los recuerdos de Caleb, no obstante, ahora, ella no solo podía respirar con cierta paz, aun si sabía que posiblemente descubriría un lado de Etwal que sería desgarrador... pero la verdad era que, después de tanto, Maara ya no le temía, más bien sentía lástima y tristeza por ella... El usar el nombre de Magnolia en homenaje de la Magnolia de Acad durante gran parte de su vida había sido una penitencia llena de dolor y arrepentimientos... Penitencia que explicaba el carácter tan distinto que Etwal había mostrado antes de conocer a Caleb... Ahora lo que ella debía hacer era unir esas piezas sueltas y, sobre todo, encontrarle sentido a las palabras de Gario... Desvelar aquello que su maestro había logrado descubrir y que Etwal no había logrado conocer, aquello que supuestamente Ishtar buscaba...

-Muy bien... según esto Etwal pudo haber tenido cuatro aprendices en toda su vida... -murmuró Maara cogiendo sus notas y pasando un lápiz sobre ellas-. El punto es que hay que descubrir cuál de todos ellos es de quién hablaba Gario...

La elfa se puso de pie de golpe, enrolló los pergaminos, recogió los libros y los dejó en el carrito junto a los estantes donde el acomodador de la biblioteca los devolvería a sus respectivos lugares, luego, echándose el bolso a un hombro, avanzó por los pasillos de la enorme estancia, salió a los jardines del monasterio y se encaminó a los muros donde, despidiéndose del amable portero, cogió el sendero lateral que penetraba en un pequeño bosquecillo de almendros del crepúsculo y, tal como lo había estado sintiendo durante los últimos tres días, él estaba ahí, durmiendo plácidamente apoyado contra el tronco de un árbol. Él definitivamente era como uno de esos grandes felinos de la zoología terrícola, si no estaba cazando dormía...