Capítulo 19: Sombras que devoran.

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Capítulo 19: Sombras que devoran.


Reglas sagradas de El Código de un Caballero:

5.- Siempre estar disponible para su Señor.

6.- Llevar siempre visible el blasón de su Señor.



Barrio Whitechapel, Londres (1891):

La alarma resonó con fuerza en medio de las húmedas y oscuras calles del East End, los guardias de turno de la policía metropolitana, aparecieron corriendo de los callejones en dirección hacia el lugar donde el celador agitaba las manos haciendo sonar con fuerza el silbato que colgaba de su cuello. Tras el último ataque habían estado patrullando cada rincón esperando dar con una pista concreta del depredador que agitaba, más de la cuenta, las pervertidas calles de aquel barrio bajo, donde el alcohol y la prostitución eran pan de cada día: siete muertes hasta ahora, siete mujeres brutalmente asesinadas de la manera más vil posible habían inundado las noches de terror y, aunque la policía había puesto todas sus fuerzas en resolver esta ola de asesinatos, todo intento había resultado en un fracaso...

-¡Estaba aquí...! ¡Hace un minuto! -exclamó temblando el miembro del comité ciudadano, aun sujetando el silbato entre sus callosas manos.

El detective Strauss de la Scotland Yard miró hacia el rincón que el celador le señalaba, una prostituta pelirroja yacía sobre las cajas de madera con la garganta cercenada, y, dado que el modus operandi había sido interrumpido, seguramente pasaría a la lista de las otras muertes que hasta entonces no habían podido otorgar al único sospechoso que la prensa, hacía un tiempo atrás, en su inmensa creatividad, había elevado por medio de sus titulares satirizando a la policía y sembrando más caos de lo que ellos habrían esperado.

-¿Señor? -murmuró el inspector de la policía.

El detective le miró apretando los puños, el resto de los hombres de ley ya inspeccionaban el cadáver intentando dar con algo dejado atrás por el asesino.

-Deme un minuto... -dijo Strauss dando la media vuelta y saliendo a la boca del callejón, allí se pasó las manos por la barba y la rubia cabellera con exasperación.

Entre abril de 1888 y lo que iba de febrero del presente año, la Policía Metropolitana de Londres había identificado diez homicidios ocurridos en Whitechapel que reunían características similares, diez que tras esta noche posiblemente se elevarían a once, no obstante, solo cinco de ellos sí poseían varios elementos en común que las investigaciones oficiales los habían puesto bajo la sombra de un mismo asesino: cortes en la garganta, mutilaciones en el área genital y abdominal, extirpación de órganos y desfiguración del rostro... su modus operandi ya se estaba convirtiendo en leyenda y si seguían así el número de víctimas seguía en aumento... Pero, ¿qué podían hacer...? Más de trecientos sospechosos, cientos y cientos de horas de interrogatorio, miles de documentos escritos tras las pesquisas y largas horas sin dormir en la morgue... ¡¿Qué más faltaba?! Melville Macnaghten*, encargado del Departamento de Investigación Criminal (CID) había señalado que solo esas cinco víctimas correspondían al sospechoso que en los últimos 3 años habían estado buscando, sin embargo, Strauss estaba convencido de que ese número era mayor, mucho más que once víctimas... mucho más de las que podían contabilizar... Nadie... en toda esta ciudad, había visto lo que él había visto, nadie sabía lo que él sabía...

El Legado  de Rapsodia (Temporada 1) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora