El Legado de Rapsodia (Temporada 1) [Eldarya]

Capítulo 9: La reunión.

Capítulo 9: La reunión.

"Sea un hombre o sea más que un hombre. Sea firme con su propósito y firme como una piedra." Frankestein, Mary Shelley.

Hannah se acercó al mesón de la posada donde el dueño le miró con una sonrisa amable, luego, tras hacerle un gesto de espera, se giró hacia la ventanilla que daba a la cocina y gritó al interior para que preparan el pedido. La joven le agradeció que recordara lo hablado la tarde anterior y se sentó en un banquillo a esperar a que todo estuviera listo, Caleb no quería interrupciones y, aspirando a un ambiente controlado, había tomado la decisión de realizar la reunión en su dormitorio.

>> -Yo... agradezco que no hayas hecho ninguna pregunta durante todos estos días -le había dicho el buhonero el día anterior mientras ella le ayudaba a cambiarse las vendas, él ya podía mover su brazo derecho, no obstante, la extremidad estaba sin fuerzas, por lo que Hannah seguía siendo su apoyo en cuanto a mover cosas o realizar manipulaciones que requirieran habilidades motrices se trataba-. Sé que te has estado haciendo un millón de preguntas desde la visita de Millow y, aun así... -él miró por sobre un hombro- has sido prudente... Gracias... <<

Tras el acontecimiento en las montañas, ella sabía que algo había sucedido con Caleb, su ánimo era distinto y ya no reaccionaba a sus bromas como de costumbre, sin mencionar el hecho de que su cuerpo estaba herido y de que a duras penas se mantenía en pie. Hannah no podía dimensionar aquello que aquejaba a su compañero de viaje y sabía que, a costa de su desesperada curiosidad, lo mejor era callar. Al final, después de una emotiva despedida por parte de los barunas, la invitación a regresar de una Marishe que claramente se había enamorado de él, y la visión de un ave de luz en las últimas colinas de la región Drew-Fizu y la cual, sin ser plenamente consciente de lo que decía y hacía, Caleb había señalado, con una sonrisa aliviada y una reverencia que el ser había respondido, de que se trataba del nuevo rey de la montaña, ambos había iniciado el retorno a Gandel sumidos en el silencio. No obstante, a pesar de que las palabras escasearon durante esos tres días y medio de viaje, Hannah pudo acercarse más al buhonero, ligeramente incapacitado, ella se había convertido en sus brazos, ojos y oídos, no solo ayudándole a hacer cosas tan simples como vestirse, sino que también en tareas más complejas como recibir las misiones dirigidas que el maletín, de vez en tanto, escupía a torreones desde su interior hasta ser de intermediario en algunas transacciones comerciales.