El Legado de Rapsodia (Temporada 1) [Eldarya]

Capítulo 51: El regreso del Hechicero de la Luna Plata.

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Capítulo 51: El regreso del Hechicero de la Luna de Plata.

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"Podemos perdonar fácilmente a un niño que teme a la oscuridad, la verdadera tragedia es cuando los hombres le temen a la luz." Platón.

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Desde su llegada a Eldarya, Hannah se había sentido sorprendida y cautivada por muchas cosas, desde los alimentos en ocasiones tan exóticos hasta sus razas faéricas tan increíbles, bellas y/o atemorizantes, pero nunca, en esos poco más de tres meses, se había sentido tan embelesada como es ese momento; sin poder evitar avanzar hasta posicionarse a la derecha de Feng Lee, ella miró a aquel que les había protegido como si se tratase de un milagro, tal vez como la obra de arte que todo estudioso busca con ahínco para llenar sus ansias de belleza, o como ella, como algo preciado... Desde la primera vez que lo había visto sabía que Caleb tenía algo especial, de otra forma no entendía sus deseos inexplicables de permanecer a su lado cuando ni siquiera lo conocía, pero ahora, mientras veía su larguísima cabellera agitarse con armonía, con ese porte majestuoso y una seguridad renovada y auténtica, ella... creyó comprender la razón...

-Tus anhelos de morir deben ser bastante grandes, ¿no? -dijo Caleb sin despegar la mirada del Verschseelen.

Hannah dio un brinco al escuchar la voz del buhonero y, recordando algo muy evidente, bajó la mirada hasta su pecho viendo como su medallón de asociada emitía unas pulsaciones de energía... ¡Claro! ¡Por esa razón él estaba ahí! Gracias a los sellos compartidos Caleb había podido saber que ella estaba en peligro y venir en su auxilio...

-¡Lee! ¡¿Ubicaste el lugar donde la nodriza tiene el nido?! -preguntó el avalariano.

-Sí -respondió el aludido-, tengo una idea de su ubicación.

-Muy bien, yo me encargo de distraerla, tú ve a buscar a esa niña... -dijo Caleb separando levemente las piernas, podía ver como la criatura comenzaba a cotejar la posibilidad de atacarlo, no obstante, tras unos segundos, sintió la mirada insistente de Feng Lee en su nuca, tan fuerte hasta el punto de hacerlo sentir avergonzado-... ¿Por qué no te has ido...?