Capítulo 32: Decisiones.

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"Defenderemos nuestra isla, y lo haremos cueste lo que cueste, pelearemos en las playas, pelearemos en los desembarques, pelearemos en los campos y en las calles, pelearemos en las colinas; nunca nos rendiremos. Defenderemos nuestra isla, y lo haremos cueste lo que cueste." Winston Churchill.

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Shanetania vio salir de su despacho a Grioghar tras una acalorada conversación y se reclinó en la silla, cerró los ojos por algunos segundos y respiró lentamente intentando calmar su agitado corazón... Uno... dos... tres... cuarenta... sesenta y tres... cien... aquello fue todo lo que ella pudo esperar, dando un salto alzó los brazos y los agitó sobre la superficie de su escritorio arrojando todo al suelo en medio de un arranque descontrolado de ira, su aura agitada se alzó de golpe chocando contra los muros y techo provocando profundas mellas que hicieron cimbrar peligrosamente las arañas de cristal y rechinar los vidrios de las ventanas.

Grioghar miró de soslayo los símbolos mágicos que se habían dibujado en las paredes, respuesta de la activación de las salvaguardas internas que protegían el Diamond Pálás, y siguió avanzando hasta que, al llegar a una esquina, se topó con el agitado Climer que venía a la carrera a ver lo que tanto había alterado a su señora, no obstante, al ver al sub-director de la Orden, se detuvo en seco abriendo los ojos al máximo.

-El oscilodetector informó que Morheim Valto ha muerto -dijo a quema ropa Ydarmïr-. Te aconsejo que no vayas a ver a Let Sagmun ahora. Aunque... -él reanudó la marcha-, ella no esté tan afectada como lo hace parecer.

-¡¿Cómo te atreves...?! -exclamó el anciano, pero Grioghar ya había desaparecido en la intersección del pasillo.

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Julius van Allen, caballero de rango Gran Maestro y encargado de la defensa perimetral norte y este, dirigió la mirada hacia los símbolos de las salvaguardas y alzó las cejas con preocupación, ante él, Hug Silver, caballero del mismo rango, y que usualmente se encargaba de misiones en las tierras de Eel, le miró dejando sobre el escritorio los pergaminos que su compañero le había pedido revisar.

-Diablos... -murmuró Julius-. Ella que siempre se muestra tan dócil... a veces olvido que es un paladín...

-El poder de esos caballeros es monstruoso... -comentó Hug girando y apoyándose contra el escritorio-. Nosotros que supuestamente somos fuertes, comparados con ellos somos como unos criajos, el rango Paladín es un recordatorio del enorme abismo que existe entre aquellos que están en lo más alto de la pirámide de esta raza... y eso me hace sentir...

-¿Disminuido? -su amigo resopló y se reclinó en la silla arrojando el mapa que revisaba, en él habían varias cruces con tinta roja, pero solo una de ellas estaba resaltada dentro de un círculo, aquella que señalaba el Cuartel General de Eel-. Esto no me gusta nada, ¿sabes? Desde un tiempo hasta ahora la situación dentro de la Orden es muy extraña...

El Legado  de Rapsodia (Temporada 1) [Eldarya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora