Ocean Eyes [ Maylor ]

● ONE ●

24-Junio
( ÉPOCA ACTUAL)

Era una mañana normal en la Universidad, donde un joven ilustre se encontraba mordiendo su pluma pero a la vez anotando lo más importante cada vez que el profesor dictaba.

Era un joven con cabellos rizados castaños, ojos color avellana, era algo y tenía una hermosa sonrisa.
Su nombre era Brian May.

RINGGGGGGGGGG

- Y recuerden traer la investigación para la siguiente clase..- recordó el profesor.

Los alumnos salieron de su aula.
Brian tenia un libro en sus manos y guardo sus libros en el casillero.

Había un grupo de jóvenes que sólo hablaban de un rumor que recorrió casi toda la ciudad.

- No lo recuerdan? En el viejo periódico salió ese rumor- dijo uno de ellos.

A Brian no le importó mucho y salió por la entrada principal.

- Hey Bri- decía su gran amigo. Freddie.- Te doy un aventon a tu casa?..-

- Claro- sonrió Brian y se subió subió a la camioneta de Freddie.

Durante el camino iban conversando y riendo.
En eso Brian sacó ese tema.

- Freddie, te puedo preguntar algo?-

- Claro cielo. Adelante-

- tu crees ese rumor de las sirenas?.-

Freddie frenó muy ferozmente.

- Dijiste Sirenas BRIAN HAROLD MAY!?-

- Si...ocurre algo?..por que frenaste de esa manera?-

- Brian..mi querido Brian, no quiero hacerte ver como un tonto pero yo...-

- QUE pasa?!-

- Si son reales Bri, esos mitos se han vuelto realidad.-

- Como lo sabes?-

- Brian, cuando era tan sólo un jovencito de 18 años, me caí del pequeño bote donde yo pescaba. Algo raro estaba entre las aguas-

- Pero..las viste o no?-

- No lo recuerdo bien, me di un madrazo con una piedra-

- Ahora veo- se burló.

- Como eres pendejo, te estoy contando la verdad! Las sirenas existen!-

Brian lo miro un rato.
En su mente se puso a pensar si de verdad era cierto o tan sólo eran las palabras de Freddie.

( ● ● ● )

El bosque no era un buen lugar para que un fenómeno estuviera caminando entre las hojas.

Estaba empapado.
Desnudo.
Confundido.
Mirando para todos lados.

El sol se pondría en muy pocos minutos.

La carretera solitaria al muelle era muy vacía en ese entonces.

No lograba equilibradas bien, pues siempre estuvo acostumbrado al océano y dependía de su gran aleta.

Ese atardecer, Brian May iba paseando por bicileta, pues quería relajarse un poco.

Pero una sombra lo percató.

- QUE hay ahí?- se preguntó a el mismo.- Hola? Hay alguien por aquí?- preguntó en voz alta, ya que estaba oscureciendo.

Se escuchaban los arbustos.
A Brian le entró la curiosidad.

Sacó su linterna de la mochila y se bajó de la bicicleta.

- hay alguien?- volvió a preguntar.

Escuchó unos pasos.
Vio una espalda desnuda.
Con quemadas en la espalda.

- Oye, estás bien,?- se exaltó Brian.

El pobre rubio sólo respiraba fuerte.
No respondió absolutamente nada.

Se fue alejando de Brian, pensando que Brian lo podría lastimar.

Pero Brian es de muy buen corazón, jamás podría hacerle daño.

El rubio no podía respirar bien, pues necesitaba adaptarse al ambiente.

Al no contenerse; se desmayó.